Nos acercamos de manera inminente a ese día tan esperado por todas las mujeres y, por qué no decirlo, también por los hombres. El 8 de marzo las mujeres saldrán a las calles para manifestarse y concentrarse en aras de la igualdad. Pero hay que recordar que este día se debe celebrar durante todo el año, porque no es precisamente la celebración de un día, sino el esfuerzo de muchos.
En cierto modo es curioso como la sociedad se ha ido degenerando a lo largo de los años y esto es algo que nos lo pueden explicar muy bien los mayores. Si no preguntadles. Cada día cuando ponemos la televisión y sintonizamos los informativos oímos las mismas noticias, muertes, mujeres agredidas, problemas familiares, etc… Estamos de acuerdo en que los telediarios y la televisión en general no es el sitio más idílico para escuchar buenas noticias.
Actuar contra esto no significa poner un tweet pidiendo la cabeza del maltratador o compadeciéndonos por la víctima. En el primer caso será a justicia la actúe por lo que no está en nuestra mano y en el segundo caso el margen de solución no es ni tan siquiera una opción como solución.
Vivimos muy acelerados en un presente de poca esperanza para el civismo, lleno de machismos y desigualdades, en cuanto a salario, condiciones laborales, por no hablar de la tasa rosa en algunos productos. En algunas ocasiones deberíamos parar y sentarnos con nuestras abuelas o con cualquier persona mayor para que nos explique como de relevante era este problema cuando ellos eran jóvenes. Es cierto que la sociedad moderna en muchos casos ha deteriorado el concepto de la mujer y eso es algo por lo que tenemos que luchar para recuperar y que la voz de su reivindicación suene más alto que nunca, pero durante todos los días del año.
Debemos, y me incluyo a mí, hablar de la mujer por sus logros y no porque un energúmeno sin conciencia se le cruce un cable o porque un jefe/a decida que no es igual de valioso su trabajo que el de otra persona. Tenemos que hacer un examen de conciencia y la mejor manera es convivir con ellas y ayudarlas en su lucha, que en realidad, es la lucha de todos, no solo de ellas.
