Hoy celebramos que hace cuarenta años, los españoles ratificamos en referéndum mayoritariamente el texto constitucional que habían aprobado las Cortes. Fue sancionado por el Rey D. Juan Carlos el día 27 de diciembre y publicado en el BOE el día 29 de diciembre, para que no entrara en vigor el día 28, día de los Santos Inocentes.
Aquel 6 de diciembre de 1978, la participación en el referéndum fue de un 67,1%, obteniéndose un 88% de votos favorables.
La Constitución de 1978, supuso un importante cambio tejido por distintas y diferentes fuerzas políticas, que quisieron dejar atrás la etapa de la dictadura, a favor de un nuevo tiempo de democracia, de libertad, igualdad, y pluralismo político.
Con el tiempo, la Carta Magna trajo consigo a las tierras manchegas una nueva administración, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y una forma descentralizada de hacer política.
Esta nueva etapa dio estabilidad y progreso. Vimos construir escuelas, carreteras, juzgados, hospitales, residencias, universidades… en una tierra ávida de esperanza, cansada de decir “adiós” a tantos amigos, familiares y conocidos que emigraron a Alicante, a Madrid o a Barcelona.
Nuestra Constitución nos ha dado resguardo y cobijo durante cuarenta años y, aunque ahora se hable de hacer algunos cambios en ella, está llamada, como hacemos en La Mancha, a enjalbegar y blanquear paredes y patios de esta “casa” que nos une, y que nos hace sentir castellano manchegos y españoles, para que nuestro país siga siendo un lugar digno donde habitar.
José Alberto Crespo, es miembro del Colegio de Políticas y Sociología de Castilla-La Mancha.