Sólo uno de los dos acusados –primos entre sí– por el atropello en Tomelloso, ocurrido en 3 de julio de 2015, ha querido tomar la palabra para declarar que «siente «mucho» el accidente. R.G.R se ha expresado de esta manera en la última sesión de un juicio que se ha celebrado durante esta semana en la Audiencia Provincial de Ciudad Real y que ha quedado visto para sentencia.
Además, en esta jornada ha declarado la perito encargada de evaluar las lesiones de las víctimas. En concreto se ha referido a las de M.C.B, que le provocó el ingreso en el Hospital General de Tomelloso, y de las que ha concluido en su informe que fueron causadas por un «impacto de alta energía y arrollamiento».
Además las ha calificado de «graves» por el protocolo seguido por las urgencias de este centro sanitario, que llegó a ponerse en contacto con Albacete, donde existe la especialidad requerida por las lesiones presentadas en el tórax, una zona de «gran riesgo vital» y por el régimen de vigilancia que se sometió al accidentado, en previsión de que «algún órgano vital estuviera dañado». También ha desmontado la afirmación del perito médico propuesto por la defensa, que alegaba que estas lesiones podrían ser antiguas.
Por otro lado, según el informe presentado y la declaración realizada ante el Tribunal, la perito ha concluido respecto al estado de embriaguez de los acusados, que estos últimos no supieron cuantificarles la cantidad, pero «aunque hubieran bebido, en el tiempo de los hechos no hay constancia clínica o médica de que se encontrarán mal por esta ingesta».
Finalmente, en las conclusiones tanto Fiscalía como la defensa se han ratificado en sus peticiones, sólo la acusación particular ha decidido retirarse de la vía penal, manteniéndose en su petición de indemnización por los días que su cliente tuvo que estar de baja por las lesiones y que los acusado asuman las costas del juicio.
Uno de los puntos de debate entre Fiscalía y defensa ha versado sobre la culpabilidad o no del copiloto en el mismo grado que el conductor del vehículo. Para la Fiscalía la responsabilidad de este es la misma, solo eximiéndole del agravante de conducción temeraria, ya que hubo un altercado previo en el que el copiloto fue el protagonista de la agresión con una llave que se usa para aflojar los tornillos de las ruedas. Además «ni se baja del coche, ni hace nada», una vez perpetrado el atropello.
Sin embargo, la defensa alude a que para que esto sea posible tiene que haber un aporte «material y objetivo, que en este caso no ocurre». Y que la discusión previa «no es reveladora de la intención de matar».
Así, la Fiscalía se ha mantenido en su calificación de homicidio en grado de tentativa con el agravante de conducción temeraria, en el caso del conductor y la defensa de un accidente imprudente con los atenuantes de embriaguez y de reparación de daño, ya que esta consignado el 80 o 90 por ciento de la cantidad impuesta por los daños producidos.
Además la defensa ha contemplado la posibilidad de la declaración de homicidio, ante lo cual ha pedido que se rebaje en dos grados la pena porque la vida del lesionado «no corrió peligro en ningún momento» y por las «circunstancias de vida» basándose en la «juventud e inexperiencia vital «.