Moya es un perfil de jugador que todos los equipos deberían tener. No marca demasiados goles ni acapara todas las portadas, pero está a la sombra, con pico y pala, para dejarse el alma por su equipo. Además, es un jugador de club, de los que se comprometen con los cinco sentidos y de los que preguntan por las obligaciones antes que por los derechos.
Sus siete años al frente del Pedroñeras dicen mucho de un jugador que no puede tener mejores informes. Su calidad humana y su compromiso están por encima de toda duda y llega al Atlético Tomelloso dispuesto a seguir creciendo y a seguir aprendiendo. La pasada temporada jugó 36 partidos y vio ocho amarillas. La anterior, 34. La otra, 31. Así hasta sacar una media de 32 partidos por temporada y ser pieza clave en los pocos equipos que ha estado.
Natural de Socuéllamos, Moya tiene 28 años y llega avalado por los que de verdad entienden de fútbol en esta Tercera División. El informe del su exentrenador José Luis Sepúlveda no puede ser mejor, mientras que las referencias de compañeros y amigos como Santi Cabeza o Pedro Pacheco son inmejorables. Y es que Moya es el jugador ideal para el Atlético Tomelloso y el Atlético Tomelloso es ideal para Moya.
Fijo en la selección de Castilla La Mancha, el nuevo jugador del equipo auriverde es un mediocentro a la sombra, de los que hacen poco ruido. Quizá sea un jugador infravalorado por el hecho de no haber jugado en grandes transatlánticos de la categoría, pero seguro que sería titular en cualquier equipo.
Para colmo, también es polivalente ya que puede jugar tanto de mediocentro como de central o lateral y hablamos de un jugador que transmite muchísimo. Además, es humilde y se vacía en todos los partidos. Con balón, entiende perfectamente el juego. Sin balón es correoso, incómodo y agresivo. En resumen, puede jugar tanto de 6 como de 8 y es del agrado de Darío.
