Tras repasar todos los refranes acordes al tiempo, parece que estamos en el “mayo florido y hermoso”. Mayo nos trae unos datos esperanzadores de la evolución del agua embalsada en el pantano de Peñarroya, alcanzando los 29 hectómetros cúbicos.
Este dato, que parece una efeméride, significa haber superado el nivel de agua embalsada en los mejores momentos del año 2017. Estamos aún lejos de llegar a los niveles medios de agua embalsada de los últimos diez años, y también lejos, aunque menos de los niveles de agua embalsada del 2016.
Lo cierto es, que sigue produciéndose una llegada de recursos hídricos a nuestro embalse, y eso es algo positivo para la ciudadanía y la agricultura local.