Edificio emblemático donde los haya. La Posada de los Portales de Tomelloso ha aguantado nada menos que 240 años en el emplazamiento donde se sitúa. Construida en 1778, solo nueve años después de la constitución de Tomelloso como pueblo, en 1769 (ya que antes éramos una pedanía de Socuéllamos y dependíamos de ellos). Y es que durante dos siglos Tomelloso «estuvo en trámites» para conseguir su «independencia» como pueblo o villa.
Volviendo a lo que hoy es nuestra Plaza de España, hace más de doscientos años se levantó una posada, ya que Tomelloso era un lugar de paso, donde los trabajadores que venían de otras provincias, municipios o ciudades, paraban a descansar y, de paso, a «llenar el buche» en caso de trayecto largo. Esta posada se situaba en un cruce de caminos, básicamente lo que era Tomelloso hace muchísimos años, un cruce de caminos con una posada en su centro.
Miles de historias, preocupaciones, alegrías, tristezas o confidencias habrán pasado por la Posada de los Portales y se habrán quedado grabadas entre sus paredes. Una fachada original de balaustres torneados sobre cuatro columnas toscanas y dos pilares. Historia de Tomelloso comenzada por Ángela Peñacarrillo y Morales. La hospitalidad de Tomelloso siempre ha sido santo y seña del municipio y en sus comienzos los viajantes y trabajadores pudieron dar buena cuenta de ello.
Cumplió su función de posada hasta los años sesenta del siglo XX y una década después, el ayuntamiento de Tomelloso la adquirió para años más tarde declararla Monumento Histórico Artístico de Interés Provincial. Una joya conservada hasta nuestros días y que identifica a Tomelloso y ubica el municipio en muchos lugares de la geografía nacional.
A muchos nos hubiera gustado ver este edificio funcionando aún como posada. Ver el trato con el cliente, la hospitalidad de la que se hacía gala e incluso pasar una noche allí. Muchas historias quedan aún por contar del corazón central de donde salen las ramificaciones que hoy forman el municipio.
A día de hoy, la Posada de los Portales funciona como oficina de Turismo, para orientar y ayudar a los viajeros que vienen a Tomelloso, por lo que mantiene su esencia pasada. También se puede disfrutar de diferentes exposiciones en las dos plantas. Pero no nos engañemos, si por algo se conoce la Posada de los Portales es porque es el sitio de reunión o «quedada» de nuestros mayores, con sus bicis y sus boinas, disfrutando de un marco y un paisaje incomparable. Paisaje por el que pasamos varias veces todo los días y que tiene su historia detrás y nadie como ellos, como los mayores, los que la saben valorar.
