Aunque la mujer ha avanzado y dado grandes pasos en la sociedad, todavía quedan muchas cosas por hacer frente al patriarcado y el machismo que, a pesar de tanto esfuerzo, vivimos día a día. A veces es difícil darse cuenta de esos “micromachismos” que nos rodean, sobre todo cuando los tenemos asumidos como algo normal y corriente, pero los hay, y muchos, de aquí que el feminismo haya que tomárselo en serio. Otra cosa muy distinta son esas llamadas “feminazis” que llevan el feminismo al extremo. Es difícil comulgar con ideas que elevan al feminismo a la categoría del machismo. Hay que luchar y trabajar día a día por una sociedad igualitaria en todos los ámbitos y aspectos de la vida y la sociedad, pero no extremista.
Las mujeres han tomado conciencia de ello y lo denuncian, a diario, gracias a las redes sociales. Ahora cualquiera puede reprochar un comportamiento machista y lograr que no se vuelva a producir. Las mujeres ponemos el grito en el cielo cuando un hombre o un grupo de ellos reaccionan de manera visceral e instintiva ante una mujer, por ejemplo, de un anuncio. Antes, los hombres podían, con más descuido, alabar las cualidades físicas de una mujer sin cortarse ni importarle el qué dirán. Hoy en día, tienen más cuidado de mostrar públicamente su opinión sobre una mujer que haya aparecido en algún acto o protagonizado algún tipo de evento. Si un hombre hoy hace un comentario público sobre lo guapa o buena que está una mujer, será tachado de machista y la sociedad entera le sacrificará por ello. Así están las cosas.
El sábado fue la boda del Príncipe Harry y Megan, a cuyo enlace acudieron multitud de personalidades, todos ellos elegantes y divinos. Entre ellos destacaron, por su fama y glamour, dos parejas; los Beckham y los Clooney. Las redes sociales se han llenado de fotos de ambos machos, sobre todo de David, alabando su belleza. Tanto revistas femeninas como mujeres anónimas han alabado, jaleado e incluso babeado con la espectacularidad del mozo en cuestión. He leído barbaridades sobre su físico, pero barbaridades positivas sobre lo bueno que está y lo que harían con él. Entonces he sentido vergüenza ajena y me he preguntado, ¿por qué nosotras nos ofendemos cuando vemos algo similar pero dirigido del sexo masculino al femenino y luego hacemos justo lo que criticamos de ellos y que tan mal nos sienta? No salgo de mi asombro. Ahí lo dejo…