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sábado, 21 diciembre
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Acusado de violar a su expareja y justifica las lesiones como «sexo duro»

La víctima insiste en que se opuso en todo momento y asegura que le tapó la boca con una camisa antes de violarla

Un hombre, acusado de violar a su expareja y que desde este miércoles está siendo juzgado en la Audiencia Provincial de Ciudad Real, ha alegado que el hecho por el cual comparece ante el juez fue una relación consentida y que las lesiones presentadas tanto por él como por la presunta víctima obedecen a prácticas de «sexo duro».

Durante la sesión del juicio celebrada este miércoles, la expareja del acusado ha reiterado que éste le tapó la boca con una camisa ante de llegar a la penetración sin su consentimiento, todo ello tras una discusión con forcejeo con la que justifica las lesiones presentadas por ambos.

Unos hechos que ocurrieron el 28 de febrero de 2016 después de que el hombre y la mujer, que habían mantenido una relación de cuatro años y medio, coincidieran en una discoteca de Ciudad Real donde él celebraba su cumpleaños y ella una fiesta de despedida antes de trasladarse a otra ciudad.

La mujer ha declarado que el acusado se ofreció a llevarla a casa y de camino empezó a llover, tras lo que le invitó a ver su nuevo piso.

Tras subir a la vivienda empezaron a discutir por cuestiones relacionada con una hija en común, momento en el que el acusado, según el relato del fiscal, la llevó a empujones hasta su dormitorio donde la tiró sobre la cama, la desnudó y la violó mientras ella no dejaba de mostrar su oposición.

El acusado, en cambio, ha afirmado que la discusión se produjo tras la relación sexual y que en ningún momento ella dio muestra de oponerse, alegando que incluso en la discoteca hubo «tonteo» entre ambos con besos, extremo que niega la presunta víctima.

Además, ha continuado, en varias ocasiones habían mantenido relaciones sexuales tras finalizar su relación de pareja, punto en el que la mujer ha coincidido con el acusado, pero ha puntualizado que fueron sólo dos veces, y que, en los hechos que se juzgan, ella no quería y en ningún momento actuó para dar a entender lo contrario. «Lo traté de manera cordial por nuestra hija».

Los testigos han dado versiones dispares sobre lo sucedido en la discoteca porque ninguno estuvo presente en el momento de los hechos que se juzgan. Mientras que algunos sí han declarado cierto «acaramelamiento» entre la expareja, otros no vieron signos de éste.

«NO PODÍA PARAR DE LLORAR»

La mujer finalmente ha contado cómo logró escapar cuando el acusado se fue a ver las heridas provocadas por el forcejeo. Según su relato, corrió hasta llegar a casa donde su tío estaba cuidando a su hija.

«No podía parar de llorar, solo acerté a decirle a mi tío que mi exnovio me había golpeado», ha señalado, explicando que, aunque su pariente en un primer momento quería ir a pedir cuentas al acusado, finalmente llamaron a la policía para denunciar, extremo que ha corroborado el tío de la mujer en su declaración como testigo.

El acusado, por su parte, ha afirmado que se enteró de la denuncia por violación a la mañana siguiente cuando la Policía se personó en su trabajo para detenerle. Ha alegado su carácter tranquilo y que está cumpliendo con todo los requerimientos legales impuestos tras su detención, como la orden de alejamiento y la manutención de su hija.

Finalmente, los agentes de la Policía que intervinieron en el caso han coincidido en afirmar el gran nerviosismo que presentaba la mujer cuando se personaron en su domicilio tras la llamada que realizó su tío para denunciar los hechos. Además, uno de los policías que realizó la detención ha atestiguado que el acusado presentaba dos arañazos en la cara.

PIDEN 12 AÑOS DE CÁRCEL

Para el Ministerio Fiscal, los hechos son constitutivos de un delito de agresión sexual con penetración vaginal por lo que solicita para el acusado 12 años de cárcel y 750 euros de indemnización para la víctima por las heridas que le causó, así como 10 años participando en programas de educación sexual y la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de la mujer y su hija.

Un punto en el que coincide la acusación particular, que añade el agravante de parentesco y una indemnización de 1.500 euros. Por su parte, la defensa pide la absolución del acusado.

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