Eustaquio Camacho, el nuevo párroco de la iglesia de Santo Tomás y flamante pregonero pascual de la Semana Santa de Tomelloso, nos cuenta que significó para él recalar en Tomelloso y cómo se dispone a vivir la semana Santa de la cual formara parte muy activa.
Su llegada vino motivada por orden de obispo. Eustaquio estuvo como formador en el seminario durante 12 años, “tarea muy distinta a la de ser sacerdote”. Tiene la conciencia de que se abre una etapa nueva en su vida, no solo como un cambio de destino sino como un cambio de misión. Eustaquio también ha sido delegado de la Pastoral Vocacional.
SANTO TOMÁS
Eustaquio nos confesaba que no sabía nada de esta parroquia, a pesar de que estuvo en Tomelloso hace ya tres años. “Vine con entusiasmo y con ganas de adentrarme otra vez en la vida parroquial, la cual tiene una riqueza y una diversidad totalmente opuesta a la de estar en un seminario”.
Cree que en la parroquia hay un grupo de gente que se ha mantenido fiel por muchos años, “son grupos de gente mayor, de una enorme generosidad y bien formada. Gente de fe”. Cree que el reto está en junto a ese grupo de gente mayor es llegar a las generaciones más jóvenes. “Lo padres de los chic@s de catequesis pueden aportar mucho más a la parroquia, por su madurez personal y por edad”, comentaba Eustaquio. Señala que el distanciamiento de los jóvenes de 20 años de la iglesia es una realidad pero “no es por una cuestión de pérdida de fe sino por el ritmo de vida que se lleva. Cuando tienen hijos se empieza a valorar y a recuperar estas variedades espirituales. Muchos padres valoran el bien que hace la iglesia”.
Explica que se ha encontrado una parroquia receptiva, “me he sentido arropado en todo momento por toda la gente. La gente de Tomelloso tiene una idiosincrasia campechana y acogedora, y eso se nota”. Eustaquio es natural de Moral de Calatrava y de familia de agricultores por lo que no se siente extraño en Tomelloso. Valora muy positivamente el que es una comunidad tranquila, sin enfrentamientos, sin malos rollos.
Matizaba por otra parte que Don Julio le ha facilitado mucho las cosas. “Su actitud ha sido exquisita, siempre me ayuda y al mismo tiempo es discreto. En ese sentido me ha facilitado mucho las cosas”. Valora también el hecho de que con los otros sacerdotes hay buena comunicación y comunión. “La mayoría nos juntamos a comer de lunes a viernes. Favorece a parte de solucionar el tema de la comida, ya que no soy muy cocinillas –bromeaba- también el tener un espacio para hablar y comunicarnos”.
POTENCIACIÓN DE ACTIVIDADES
El párroco nos comentaba que quiere que haya encuentros asamblearios, de familias, en los que se ofrezcan a los padres un día de convivencia. “Disfruto mucho con esas cosas. Este tipo de cercanía gusta mucho a la gente”. Desde Santo Tomás ya se ha planteado el hacer grupos de matrimonio.
Para los jóvenes también se plantean actividades como hacer marchas una vez al mes, un sábado por la mañana, con momentos de formación y de oración. “Estamos empezando y cuesta lanzarse. Lo hacemos por acompañarlos y ofrecerles iniciativas para que sientan que estamos con ellos”.
EUSTAQUIO
Eustaquio Camacho Aldavero, natural de Moral de Calatrava, se fue al seminario con 11 años tras ser monaguillo. “Había algunos seminaristas que estaban en mi pueblo y nos hablaban de algunos seminarios y a mí me fascino”, matizaba Eustaquio la razón por la que entró al seminario.
Para él, entrar en el seminario fue descubrir un mundo nuevo. Se queda con que se hizo “hombre y cristiano” en el seminario ya que le aportó muchas cosas, “aprendí de grandes educadores, resolví conflictos de fe y me sentía integrado en la iglesia”.
Eustaquio tenía la mentalidad de poder ser sacerdote y ser feliz ejerciendo como tal. “Notaba que los jóvenes de mi generación necesitaban que le hablásemos de la iglesia. Era una misión que merecía la pena”, explicaba Eustaquio. “El estar en el seminario con 17-18 años te hace darle muchas vueltas a las cosas. Es incómodo porque hace que le des muchas vueltas a las cosas a tan corta edad”. Aun así destaca que es algo positivo porque te ayuda a tomar decisiones más meditadas y pensadas.
Estudió Teología en Roma, en la Universidad Gregoriana durante unos años, “fue una experiencia muy buena”. Luego se ordenó primero de Diacono donde estuvo en Villanueva de los Infantes un año y después, en el año 1997 y ordenado como cura le destinaron a Saceruela, “no tiene nada que ver con Tomelloso”. Al año siguiente lo destinaron a Almadén. “Fue una etapa bonita ya que vivíamos tres sacerdotes en la misma casa y compartimos mucho. Es una experiencia de compartir, no de soledad o aislamiento”, explicaba Eustaquio.
PREGÓN PASCUAL
En cuanto al pregón pascual, Eustaquio incidió en que todas “las expresiones de la Semana Santa son expresiones culturales, pero la raíz y la clave de todo es la fe”. Quiere transmitir a la gente que vaya a participar de estas expresiones que son religiosidad popular y perciban la fe “como la savia que hace que todo el árbol se mantenga vivo”.
Eustaquio cree que debe mantenerse unida la fe con todo. “Hoy en muchas ocasiones y por el ritmo de vida que llevamos no da tiempo. No se plantea la oración y participar en una procesión no es suficiente para demostrar. Si se va en silencio en una procesión es para interiorizar y rezar”. Abordaba que la raíz de la cuestión está en la celebración sacramental y en la vigilia pascual. “Se debe percibir la unión entre fe y expresión cultural y animaría a que no vean la Semana Santa como expresión cultural sino como una expresión de fe que hace cultura”.