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Tomelloso
jueves, 28 marzo

Día 3: La lluvia no puede con ellos

A las 7 de la mañana nuestros aventureros de AFAS se ponen en marcha bajo una tremenda tromba de agua que se inició a las 3 de la mañana, que hizo la etapa aún más dura. El agua caía con fuerza por la pendiente, haciendo el suelo resbaladizo, temiendo que, junto con las hojas y el barro, podían hacer que alguien se cayera. El entumecimiento se hacía patente por la temperatura tan baja en las manos y en los pies, que hacía que los riesgos de ampollas aumentases. El grupo comenzó en silencio, la concentración era total.

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El tiempo amaino, y el camino empezó a ser más accesible a pesar de los ya varios magullones de nuestros peregrinos, incluyendo el dolor intestinal de Luis Carlos, que hizo que el grupo estuviera despierto desde las 4 de la madrugada.

El paisaje es abrumador, los bosques frondosos hacen que las ramas cubran el cielo; el sonido del agua es la banda sonora perfecta de este viaje. Pero lo que más les impacta es que dentro de esa espesura vegetal es la cafetería y provisiones para los peregrinos.

El grupo de AFAS se ha ganado el cariño y la amabilidad de los otros peregrinos. “Los de Tomelloso” les llaman. Y es que aunque faltaran 8 kilómetros para acabar la ruta, el son de las gaitas da fuerzas para continuar. Y la nostalgia se ve presente en una pared con “Tomelloso” escrito en letras negras, pero solo da más fuerzas para continuar. MªJosé coge en volandas a ambas Lucías, exhaustas, Emilio grita que no puede más, junto a un agonizante Oscar por su rodilla.

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Y es que la discapacidad no es un impedimento, incluso aquellos la tienen, responden mejor de lo esperado. Las anécdotas se suceden entre Ángel Nicolás con Lucía y los planes de futuro y estudios entre Oscar y José Antonio.

Tras 6 largas y arduas horas, nuestros protagonistas reciben una sopa de picadillo que sabe al mejor de los manjares, no solo por lo esperada que es esta comida, sino por el trato y el recibimiento de las cocineras y su pinche, Mercedes, Pilar y Apolonio

Bogas Bus

La etapa “rompehuesos” les espera mañana. 20 kilómetros con unas terribles cuestas. Pero este grupo nos demuestra día a día, que querer, no solo es poder, es mucho más.

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