Las diferencias en la conectividad entre las regiones del cerebro involucradas en el miedo y la ansiedad son heredables, según un gran estudio en cientos de monos emparentados publicado en la revista científica ‘JNeurosci’.
La investigación, liderada por Ned Kalin, de la Escuela de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos), proporciona nuevos conocimientos sobre el riesgo y el desarrollo de los trastornos de ansiedad.
Usando técnicas de imágenes cerebrales regularmente empleadas en estudios humanos, los científicos encontraron que la conectividad funcional entre dos regiones de la amígdala extendida centromedial se asocian con el temperamento ansioso en macacos rhesus preadolescentes.
Según señalan los investigadores, como la ansiedad extrema en etapas tempranas de la vida es un factor de riesgo para los trastornos de ansiedad y la depresión en humanos, un estudio adicional de este modelo de primates no humanos puede arrojar «nuevas direcciones en la prevención de estos trastornos en los niños en riesgo».
«Esto representaría una mejora con respecto a los tratamientos actuales, que abordan los síntomas en lugar de los mecanismos subyacentes al desarrollo de estos trastornos», concluye Ned Kalin.