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lunes, 23 diciembre
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Personal sanitario del Hospital de Alcázar de San Juan realizan una novedosa intervención para tratar un Síndrome de Bouveret

Se trata de una patología poco común que se manifiesta cuando un cálculo de la vesícula rompe este órgano y se introduce en el duodeno, dañando también la pared de esta parte del intestino delgado

El Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), ha realizado recientemente una novedosa intervención para abordar la grave obstrucción intestinal que padecía una paciente utilizando para ello la combinación de dos técnicas mínimamente invasivas.

La paciente, de 87 años de edad, presentaba un Síndrome de Bouveret, una rara patología que se manifiesta cuando un cálculo (acumulación sólida de bilis cristalizada) de la vesícula rompe este órgano y se introduce en el duodeno, dañando también la pared de esta parte del intestino delgado.

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Debido a esa obstrucción intestinal, la paciente regurgitaba los líquidos y alimentos que ingería, lo que, sumado a otras complicaciones, había provocado un importante deterioro de su estado de salud que exigía la intervención rápida y eficaz por parte de los profesionales de este centro hospitalario.

En la mayoría de estos casos, la solución suele ser quirúrgica, opción que se desechó en esta ocasión debido a la avanzada edad de la paciente y a la presencia de otras patologías. El equipo médico optó, en cambio, por realizar un abordaje endoscópico a través de la boca, una alternativa mucho menos invasiva y que albergaba, según los especialistas, más probabilidades de éxito.

Esta técnica consiste, en primer lugar, en fragmentar con un láser el cálculo biliar encajado en el duodeno, retirando posteriormente los trozos resultantes de la fragmentación. Solucionada la obstrucción intestinal, el siguiente paso fue taponar los orificios provocados por el tránsito del cálculo en las paredes de la vesícula y el duodeno.

Para ello se utilizó una prótesis metálica que permaneció alojada en esa parte del aparato digestivo hasta que, un mes después, las heridas cicatrizaron correctamente y pudo ser retirada.

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Los especialistas de Digestivo del Hospital de Alcázar de San Juan han sido pioneros en combinar estas dos técnicas: introducir el láser dentro de un catéter rotario, que permitió dirigir con más precisión el dispositivo que acabó fragmentando ese cálculo biliar, y taponar con una prótesis los desgarros producidos.

“Ninguna de estas dos alternativas se habían hecho antes de forma conjunta o, al menos, no hay constancia de ello en ninguna publicación científica”, ha subrayado el jefe del Servicio de Digestivo de la Gerencia de Alcázar de San Juan, el doctor Pedro González Carro, quien apunta la buena evolución posterior que ha presentado la paciente.

En este sentido, el doctor González Carro confía en que esta experiencia pueda ayudar en el futuro a pacientes que se encuentren en una situación similar.

El jefe del Servicio de Digestivo del Hospital Mancha Centro agradece el trabajo de todos los miembros de su equipo y asegura que “sólo con la máxima colaboración entre todo el Servicio, médicos y enfermeros, pueden conseguirse los mejores resultados para el paciente”.

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