El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, considera que «antes de que se rompa España se van a romper los partidos, y también el PSOE, que coadyuven a que se rompa el país», tal y como, a su modo de ver, está pasando en Cataluña.
«Tenemos un criterio muy claro y ha estado en el fondo en los debates internos y en las controversias que ha tenido el PSOE en los últimos tres años. No era sólo una batalla personal de quién mandaba en el PSOE. En realidad había de por medio un cruce de modelos de intuiciones e intenciones. Y ese debate no se va a apagar porque el concepto de España marca cualquier partido político», ha manifestado.
Y es que, según el presidente de Castilla-La Mancha, «España no está para que la gente se ponga de perfil». «Admito todas las opiniones y matices, pero lo peor que nos puede pasar es estarse callado», ha alertado.
Dicho esto, preguntado por las manifestaciones de este viernes del ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Josep Borrell, que ha asegurado que no hace falta acudir al 155 pues se pueden movilizar fuerzas estatales para suplir la incapacidad o la falta de voluntad de la Generalitat, García-Page ha afirmado que, en estos momentos, el «155 no está lo suficientemente argumentado más allá de la retórica».
«Se tiene que esperar a que haya un quebranto constitucional objetivo demostrado jurídicamente o puede ser un problema de capricho político o de interés electoral, no hay que manosear el 155», ha insistido el titular del Ejecutivo castellano-manchego, que ha agregado que hay pasos a dar antes de reactivar ese artículo de la Constitución.
«Lo que todos deseamos es reconducir el diálogo, aunque habrá gente en España que lo que esté buscando sea una choque de trenes, que se monte la mundial y haya una política de mano dura que francamente nos puede llevar a lo peor que ha pasado en historia de España, a la tentación de dividirnos en dos mitades», ha apuntado.
Por último, García-Page ha vuelto a pronunciarse sobre la posibilidad de que no valga que aquellas «organizaciones que se instalan objetiva, sistemática, estructurada y estatutariamente en el desacato constitucional, en la ruptura del modelo de convivencia se presenten al Congreso, pues «lo hacen con el amparo constitucional del Estado del que se quieren separar».
«Llegará un tiempo en que esta reflexión se tenga que plantear seriamente en el país, porque buena parte de lo que hace tiempo está pasando en España tiene que ver con que se han diluido las grandes formaciones políticas, la centralidad, y la minoría independentista hace de minoría de bloqueo», ha concluido.