Mi tierra, nuestra tierra, Castilla-La Mancha. Los 2.049.147 ciudadanos que residen en algún punto geográfico de los 79.409 metros cuadrados de nuestra región, tendrán que ponderar en unos meses qué modelo de gobierno quieren para esta Comunidad. Cual va a ser el estándar en sanidad, en educación, en bienestar social, en industria, etc.
Durante la actual legislatura, García-Page nos ha demostrado palpablemente que más que apostar por un gobierno de progreso y de futuro para la Comunidad, en lo que ha estado más interesado ha sido en fijar un mensaje político cargado, muchas veces, de grandes titulares con expectativas condenadas al olvido y, en otras ocasiones, en medirse desde la supuesta “excelencia de su gestión”, con el anterior gobierno del PP, al que atribuye imaginarios y nefastos recortes económicos, olvidando el hundimiento económico al que condenó a nuestra región el gobierno socialista de Barreda .
Pero para lo que no está preparado García-Page es para el cambio de paso del Partido Popular, con un candidato que se sale fuera del “ángulo de tiro” del actual presidente socialista. Porque se trata de una persona normal, como cualquier ciudadano de Castilla-La Mancha, joven, preparado y con amplia experiencia de gobierno. Aire fresco para una tierra que quiere dejar atrás los gobiernos socialistas que iban “vendiendo humo” por Castilla-La Mancha. Un líder que no va a gobernar a costa de pactar con quien defiende la demolición de nuestro país. Un líder que no va a compartir gobierno con quienes se miran en el espejo de gobiernos como Venezuela.
El PP ha sabido cambiar de ciclo cuando ha sido necesario, ofreciendo en esta ocasión una auténtica renovación, respetando a quienes han trabajado en el pasado con generosidad. El Partido Popular de Paco Núñez viene con nuevos tiempos, nuevas ilusiones y nuevas ideas. A diferencia del PSOE, el PP no se empeña en seguir manteniendo a quien hace treinta años presentaron como novedad y que manifiesta meridianos síntomas de cansancio y agotamiento de ideas.
García-Page perdió las elecciones de Castilla-La Mancha hace tres años porque gran parte del pueblo ya no estaba dispuesto a mantener los apoyos a fondo perdido de los gobiernos socialistas en el pasado. El pacto de Page con Podemos ha hecho cautivo al gobierno autonómico y, con ello, a todos los castellano-manchegos, que nunca imaginaron que sus votos engordaran a una formación que pretende terminar con los cimientos de nuestra Democracia.
El 26 de mayo de 2019 supondrá un punto de inflexión para la realidad de Castilla-La Mancha. Una luz se ha encendido para el futuro de la Autonomía. No perdamos la ocasión.