El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural del Gobierno de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, ha indicado que la campaña de la vendimia de este año podría retrasarse «alrededor de diez días», por lo que comenzaría en torno al 10 de agosto.
Así lo ha señalado Martínez Arroyo a preguntas de los medios este miércoles tras una reunión con el delegado del Gobierno de España en la región, Manuel González Ramos, en la que ha señalado que la previsión de la vendimia de este año está «dentro de la normalidad de las últimas campañas».
Este hecho va a permitir a la región «seguir conquistando el mercado», ha señalado, ya que este año se ha vuelto a «darle una vuelta de tuerca a la apuesta por la calidad» con la reducción del rendimiento medio por hectárea en Castilla-La Mancha y «volviendo a apostar por variedades que demandan los consumidores».
El consejero ha señalado que aproximadamente el 10 de agosto «se empezarían a recoger las variedades más tempranas» de uva, mientras que el pasado año se empezaron a recoger sobre el día 1 de ese mes. Martínez Arroyo ha asegurado que en Castilla-La Mancha hay «todas las variedades del mundo», ya que «no hay ninguna otra región en el mundo que sea capaz de elaborar vino de cualquier variedad».
A preguntas de los medios ha aseverado que no habrá reducción de la producción con respecto al pasado año, que fue un año «especialmente difícil» desde el ámbito de la producción y no desde la rentabilidad, donde fue un año «muy bueno en el precio de la uva» y esto ha permitido que el sector «esté mejor de lo que estaba el año pasado».
Castilla-La Mancha, según ha indicado, lleva una línea ascendente «muy buena» y por ello se espera un «ligero aumento» y «situarse en torno a la media de los últimos cinco años», siendo una «campaña normal».