El Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo ha celebrado este miércoles un acto con motivo del Día Internacional de la Lesión Medular, donde asociaciones, profesionales y pacientes del centro han leído un manifiesto donde se pide promover «la toma de conciencia» de esta realidad ya que en España hay una media de mil casos nuevos por año.
Al acto, que ha estado dirigido por el director general del Hospital, José María Marín, también ha asistido el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, quien ha deseado a los pacientes allí ingresados una pronta recuperación y les ha dicho que son «unos verdaderos luchadores» y «un ejemplo para todos nosotros».
La presidenta de ADEMPTO, Begoña Aguilar, ha sido la primera en dar comienzo a la lectura del manifiesto afirmando que la lesión de la médula espinal es una realidad de consecuencias físicas, mentales, sociales, sexuales y de formación profesional «devastadoras» para el que la sufre y que, además, supone un importante coste económico para los sistemas sanitarios.
El presidente de ASPAYM, José Ramón del Pino, ha destacado que, según fuentes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a cerca de medio millón de personas, más sus familias, cada año en el mundo.
El jefe de Servicio de Rehabilitación del Hospital Nacional de Parapléjicos, Ángel Gil, se ha sumado a la llamada de la OMS y su propuesta de potenciar la prevención primaria de las causas traumáticas y no traumáticas de las lesiones medulares, los protocolos de atención en el lugar del accidente, las mejoras en los servicios de atención y el fortalecimiento de los servicios de salud y rehabilitación.
De su lado, la fisioterapeuta María José Herrera ha indicado que a la reflexión hay que acompañar la acción para prevenir la lesión medular. Precisamente la principal idea de esta campaña internacional dice: ‘Prevenir es curar’, pues en su mayoría -ha subrayado- los casos de lesión medular se deben a causas prevenibles, como accidentes de tráfico, accidentes laborales, caídas casuales, accidentes deportivos o actos de violencia.
La enfermera Florencia Reillo, en relación al tráfico, ha pedido que cada cual, desde su ámbito y responsabilidad, trabaje en la prevención introduciendo mejoras en las carreteras, usando los sistemas de seguridad de los vehículos y un adecuado comportamiento vial de conductores y peatones respetando las normas, con el fin de evitar las lesiones medulares por accidentes de tráfico.
CAÍDAS CASUALES
Carlos, paciente, ha explicado que las caídas casuales en entornos domésticos y en el exterior siguen muy de cerca al tráfico, «e incluso algunos años lo superan como principal motivo de ingreso de origen traumático en el Hospital de Parapléjicos». Ante esta realidad, y en este día, ha propuesto «una mirada» sobre la seguridad en los hogares, que implique el uso de sistemas como barandillas o superficies antideslizantes, una adecuada iluminación, entre otras medidas que eviten estos accidentes.
La investigadora Laura Mordillo, en nombre del Hospital, ha asumido «el gran reto» de potenciar la investigación básica y clínica del sistema nervioso central y las estrategias de neuroreparación, «aunando nuestros conocimientos desde un enfoque multidisciplinar cuya aplicación permita mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y, ojalá, en el futuro la recuperación».
Otro de los pacientes, Juan Diego, ha pedido a las instituciones públicas y privadas y a todos los ciudadanos que se impliquen en una cultura de la accesibilidad física en pueblos y ciudades eliminando diseños hostiles y barreras arquitectónicas y, sobre todo, mentales que permitan la convivencia, la participación real de las personas con lesión medular y «la normalización de nuestras vidas».
Mientras tanto José Alán, paciente, ha apuntado que las lesiones medulares se asocian en el mundo a mayores tasas de escolarización, empleo y participación económica, por lo que ha hecho una llamada de atención para que no se produzca discriminación en el empleo y en los centros educativos, se potencien programas de reeducación profesional que subrayen las capacidades humanas, instrumentos que apoyen el autoempleo, a fin de fomentar formas alternativas de autosuficiencia económica, y acceso a prestaciones sociales que no desicentiven a sus beneficiarios a volver al mundo laboral.
Por último, el manifiesto demanda un ocio inclusivo, al entender el ocio como un derecho humano fundamental y universal que favorece al desarrollo de las personas y «del que nadie debiera ser privado por razones de discapacidad».