Ante el próximo inicio de la campaña de plantación de melón y sandía, desde la Interprofesional de Melón y Sandía de Castilla-La Mancha estiman que la superficie destinada a ambos productos será muy similar a la de campañas anteriores, en torno a las 10.000 hectáreas, unas 7.000 de melón y el resto de sandía, según datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente de 2017. En ambas producciones destaca la provincia de Ciudad Real, con 5.800 hectáreas de melón y 2.500 de sandía. En cuanto a la producción, la campaña pasada el melón superó las 200.000 toneladas y la sandía las 113.000, según datos ministeriales.
Desde la Interprofesional recomiendan a los productores de ambas frutas seguir apostando por la calidad desde la plantación, es decir, desde el inicio del ciclo. Esto conlleva una correcta selección de semillas, de variedades adecuadas y de prácticas agronómicas.
En cuanto a la fase de plantación, el presidente de la Interprofesional, Cristóbal Jiménez, indica que “lo normal es que transcurra con total normalidad, pues tras las últimas lluvias la tierra está muy buena y los métodos de producción muy desarrollados”.
Jiménez también alerta sobre las dotaciones de agua para regadío de las principales zonas de producción de ambos productos, afirmando que “son muy limitadas, y eso hay que tenerlo muy en cuenta a la hora de realizar la planificación agronómica”.
El presidente de la Interprofesional cree firmemente en el futuro del sector, “pues en los meses de máximo consumo debido al calor el melón y la sandía de Castilla-La Mancha son únicos en el mercado nacional, europeo y mundial”. Jiménez detalla el ciclo anual del cultivo del melón, que comienza en Brasil y prosigue en Senegal, Marruecos, Almería, Levante y Andalucía, Murcia y finalmente La Mancha, donde su máxima producción se concentra del día de la Virgen (15 de agosto ) a la Virgen del Pilar (12 de octubre).
Cristóbal Jiménez destaca también la gran importancia socioeconómica de ambos productos en numerosas localidades manchegas, donde generan empleo y riqueza, contribuyendo a fijar población. Por ello, pide apoyo a las administraciones, a todos los niveles, “para proteger unos cultivos denominados sociales, fundamentales en La Mancha”.
Por último, Jiménez resalta que apoyar a estos cultivos “es la auténtica política de desarrollo rural, pues contribuyen al porvenir de los pueblos y a paliar los temidos efectos de la despoblación en el medio rural”.