Los factores posmenopáusicos pueden tener un impacto en las cualidades protectoras del corazón de las lipoproteínas de alta densidad (HDL, por sus siglas en inglés), también conocido como ‘colesterol bueno’, según un estudio dirigido por investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos).
Los hallazgos, publicados este jueves en la revista ‘Arteriosclerosis, Thrombosis y Vascular Biology’, de la Asociación Americana del Corazón, indican que este tipo específico de colesterol en la sangre puede no traducirse en un menor riesgo de enfermedad cardiovascular en mujeres mayores.
«Los resultados de nuestro estudio son particularmente interesantes para el público y los médicos porque el colesterol HDL total todavía se usa para predecir el riesgo de enfermedad cardiovascular. Este estudio sugiere que los médicos necesitan observar más de cerca el nivel de HDL en mujeres de mediana edad y mayores, porque un mayor colesterol HDL no siempre es protector en mujeres posmenopáusicas como se pensaba hasta ahora. El alto nivel de colesterol HDL en mujeres posmenopáusicas podría enmascarar un riesgo significativo de enfermedad cardíaca que aún debemos comprender», explica la autora principal del estudio, Samar R. El Khoudary, profesora asociada en el Departamento de Epidemiología de la universidad estadounidense.
EL ESTUDIO CLÍNICO
El equipo de El Khoudary estudió a 1.138 mujeres de entre 45 y 84 años inscritas en el Estudio Multiétnico de Aterosclerosis en marcha desde 1999.
El estudio señala que la medida tradicional del colesterol bueno, el colesterol HDL, no representa una descripción precisa del riesgo de enfermedad cardiaca en mujeres posmenopáusicas. Los autores presentan la hipótesis de que la disminución de los estrógenos, una hormona sexual cardioprotectora, junto con otros cambios metabólicos, puede desencadenar una inflamación crónica, lo que puede alterar la calidad de las partículas de HDL.
«Hemos visto una relación inesperada entre el colesterol HDL y las mujeres posmenopáusicas en estudios previos, pero nunca lo hemos explorado profundamente», señala El Khoudary.
Los científicos comprobaron el número y el tamaño de las partículas de HDL y el colesterol total transportado por las partículas de HDL. El estudio también analizó cómo la edad en que las mujeres pasaron a la posmenopausia y la cantidad de tiempo desde la transición puede afectar las asociaciones cardio-protectoras esperadas de HDL.
La asociación de un colesterol HDL alto con riesgo de aterosclerosis fue más evidente en mujeres con una edad avanzada en la menopausia y en mujeres con unos diez años en posmenopausia. A diferencia del colesterol HDL, una mayor concentración de partículas totales de HDL se asoció con un menor riesgo de aterosclerosis.
Además, se encontró que tener un alto número de pequeñas partículas de HDL era beneficioso para las mujeres posmenopáusicas. Estos hallazgos persistieron independientemente de la edad y del tiempo transcurrido desde que las mujeres se volvieron posmenopáusicas.
Por otro lado, las partículas grandes de HDL están relacionadas con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en etapas cercanas a la menopausia. Durante este tiempo, la calidad de HDL puede reducirse, lo que aumenta las posibilidades de que las mujeres desarrollen aterosclerosis o enfermedades cardiovasculares. A medida que las mujeres se alejan de ese periodo de transición entre menopausia y posmenopausia, la calidad del HDL puede restablecerse, haciendo que el colesterol bueno sea cardioprotector como hasta entonces.
Ahora, la investigadora, con fondos del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Estados Unidos, ampliará este trabajo de investigación con el objetivo de continuar comprendiendo el vínculo entre la calidad del ‘colesterol bueno’ durante la transición a la menopausia y el riesgo de enfermedades cardiovasculares de la mujer más adelante en la vida.
También busca examinar los mecanismos biológicos que contribuyen al cambio de calidad del ‘colesterol bueno’, de modo que se pueda aclarar su contribución cardioprotectora a la salud en las mujeres posmenopáusicas.