La unión y la cooperación potencian la capacidad de las personas para desarrollar los proyectos (personales y profesionales) y la generosidad y la solidaridad son poderosas palancas que facilitan el logro de los objetivos.
Es posible abordar retos en solitario, pero la eficacia y lo que es más importante, la eficiencia, se ven notablemente potenciadas cuando se actúa en colaboración, en definitiva cooperando. Del mismo modo, la satisfacción y el poder transformador de un colectivo, se ven enormemente potenciados, multiplicados quizá, cuando se consiguen los objetivos en común.
Aplicado al espacio empresarial, el cooperativismo agroalimentario demuestra en éstas fechas su vigencia. Una fórmula que en este número queremos poner en valor ocn la celebración en 2017 de cooperativas centenarias como El Progreso de Villarrubia de los Ojos, La Humildad, de El Toboso, y Santísimo Cristo del Espíritu Santo, de Malagón. Cooperativas que se suman a otras centenarias en nuestra región como las cooperativas Vinícola del Carmen, de Campo de Criptana, y San Isidro, de Miguel Esteban.
Hubo una época, no hace muchos años, en la que aparecieron numerosas bodegas propiedad de constructores que, al socaire de la burbuja inmobiliaria, se presentaban como la alternativa al sector y que recibieron el apoyo de los máximos responsables de las distintas administraciones, que presto corrían a hacerse fotos con ellos, junto a los condes, marqueses e incluso futbolistas de alguna “quinta”, que también probaron fortuna. Sería necesario dar un repaso del devenir de esas bodegas, si aportaron algo a nuestra región y para qué sirvieron las ayudas que se les dio, para extraer conclusiones que puedan servir de pautas para el futuro, a las administraciones.
El cooperativismo es una fórmula empresarial de garantía, que no abandona el medio rural en el que está asentado, que conecta a los productores con el mercado, haciéndoles partícipes del margen capturado en el proceso de la comercialización de sus productos. En Castilla-La Mancha actúan unas 450 empresas cooperativas, que agrupan a más de 160.000 socios, dando empleo estable a más de 5.000 trabajadores y que canalizan el 50% del valor de su producción agraria.
Desde Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha nos quedamos con los casos de éxitos de nuestras empresas cooperativas. Casos de éxito que se traducen en mejorar la calidad de vida de los agricultores; casos de éxito que se traducen en dar vida en nuestros pueblos; casos de éxito que se convierten en que fijan población en el territorio rural; casos de éxito en los que la cooperativa de un municipio es en la mayoría de los casos el “pulmón económico” de sus habitantes; casos de éxito a través de los cuales se están incorporando y contratando a jóvenes, que son el futuro de cualquier sociedad; casos de éxito que en definitiva ponen de manifiesto que detrás de cualquier proyecto empresarial están las personas y en una cooperativa, las personas, los agricultores, son sus activos más importantes.
Por todas estas razones y muchas más, simplemente, queremos daros la enhorabuena, a los hombres y mujeres que habéis hecho posible y hoy continuáis siendo el motor de proyectos ilusionantes y centenarios.
Nosotros, tampoco hubiéramos sido capaces de hacer este recorrido en solitario.