Cristóbal Moraga ha dejado el club visiblemente emocionado y con «tristeza por dentro a pesar de que esto es lo mejor para el club». Moraga ha señalado que aun queda mucho por hacer y por crecer pero sin él a los mandos del club. Ha calificado la situación del club de «insostenible» y que vienen de un tiempo en el que han «sufrido diversas tropelías».
No entiende como se han hecho «oídos sordos a las peticiones de mejora de las instalaciones deportivas que estaban en un estado lamentable» o como se les ha enviado una carta a las empresas patrocinadoras que ponen publicidad en el estadio, «carta de la alcaldía», ha matizado Cristóbal Moraga, pidiendo el pago de una tasa, cuando «jamás se ha cobrado tasa a nuestros patrocinadores». Debido a esto, que genera una deuda que tendrá que afrontar el club de entre unos 12.000-13.000 euros, el club se ve en grave riesgo de poder finalizar la temporada. La junta directiva ya se ha formado como junta gestora pero acaban mandato este verano, se convocarían elecciones con la esperanza de que alguien coja las riendas del club, en el caso contrario el club acabaría desapareciendo. «Ahora luchamos por subsistir», apuntaba Moraga.
Explicaba Moraga que el club se ha sustentado sobre cuatro patas: la deportiva, la social, la económica y una cuarta que «ha impedido que esto no crezca como debería haber crecido». Como horizonte se plantean asegurar la viabilidad del club hasta junio y entregarlo con cero euros de deuda. Moraga ha matizado que él «era un problema para el Atlético Tomelloso. El cambio es que Cristobal Moraga desaparezca». Asegura irse sin reprochar nada a nadie. «No ganamos nada con esto, lo hacemos para que el deporte siga vivo y genere vida en nuestro pueblo, pero yo ya no puedo más con esto».
Achaca el problema al área institucional y cree que era un problema que se podía haber solucionado, «yo pido cosas para generar más» refiriéndose Moraga al beneficio recíproco entre club e instituciones, en caso de haber afrontado el problema que han tenido con una ordenanza municipal, con el que no pueden poner publicidad si no se paga una tasa por parte de las empresas que, por otra parte, no están dispuestas a afrontarla.
«Lo importante es que me voy con la conciencia tranquila, a pesar de que me han echado de mi propia casa», apuntaba Moraga. El ya expresidente del club tiene la esperanza de que «lo que está pasando aquí se valore con el tiempo. El tiempo pone a cada uno en su sitio» matizaba Moraga.
La prioridad para Moraga, aunque ya no esté, es que el Atlético Tomelloso ‘siga vivo’. Por último ha querido dar las gracias a su junta directiva por el apoyo, a los socios y aficionados, a los patrocinadores los cuales «han hecho realidad nuestras ilusiones con un buen sustento económico». También ha querido dar las gracias a la prensa y por último, y visiblemente emocionado, a su familia. «Gracias a mis padres, abuelos, hermanos, a mi mujer por quitarle tiempo y a mi hija por no dárselo. Estoy seguro de que ahora las cosas van a cambiar», finalizaba Cristobal Moraga entre lágrimas.