La XXIV Muestra local ya es historia. Desde el pasado 13 de mayo, el Teatro Municipal de Tomelloso ha acogido nueve representaciones de otras tantas compañías locales. Este sábado Airén Teatro ponía el broche a la Muestra con una gran interpretación de un clásico universal de todos los tiempos, “El enfermo imaginario” de Moliere. El público, que llenó prácticamente el coliseo tomellosero, disfrutó, rio y aplaudió las desventuras del hipocondriaco Argán y Airén Teatro obtuvo un sonoro y rotundo éxito con su versión de la última comedia del francés.
El peso de la obra recae sobre Argán, soberbiamente interpretado por José María Madrigal, un burgués (constante en Moliere) que se cree muy enfermo y, además, cultiva con pasión sus males quiere casar a su hija mayor Angélica, a quien dio vida Pilar López, con un médico, Tomás Diafoirus (Miguel Ángel Lozano), hijo del doctor Diafoirus (Julian Espinosa). Pero Angélica ama a Cleonte, interpretado por Raúl Martínez. Además, la segunda esposa de nuestro protagonista, Belisa, de quien hace Marga Albiñana, finge amor y compasión por su marido, pero lo que quiere es ser la única heredera y para ello urde un plan con el notario Bonafé, Alejandro Ramírez. Luisa, la hija pequeña del hipocondriaco protagonista, está interpretada por Miriam.
Pero la criada, Antonia, otro de los pilares de la representación y una gran interpretación de Pilar García, confeccionará distintos planes para defender a su señor y a Angélica de los médicos y de la arpía Belisa. También aparece en defensa de Argán su hermano Beraldo, José Márquez, que despide a la farmacéutica Fleurant (Maribel Moreno) cuando le iba a poner una lavativa ordenada por el doctor Purgón (Juan Aguado). Con fingimientos, confusiones y enredos llegamos a un final feliz donde prevalece —como no podría ser de otra forma— el amor y Beraldo, aconseja a su hermano hacerse médico.
Una sencilla pero efectiva puesta en escena, la alcoba de Argán. También destacó un soberbio vestuario de época, vistoso y alegre. Airén aprovecho para hacer varios guiños al autor de la comedia. Así, el hermano de Argán, va vestido de amarillo, en distintos tonos, pero uniformado del color dorado que a partir del estreno de la obra ningún actor osa calzar. También Poquelín aparece en los diálogos (“el valiente majadero de Moliere”) por su desprecio a los galenos. Y es que Moliere, al igual que nuestro Quevedo, profesaba una especial inquina por los discípulos de Hipócrates, “¡vaya una gracia, pretender que el médico cure!”.
Fue un brillante final para la Muestra Local este Moliere de Airén Teatro al que el público premio con una gran ovación.
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