El arzobispo de Toledo y primado de España, Braulio Rodríguez, ha llamado a «pensar» cómo se está encarando el lugar que los jóvenes tienen en la sociedad, al tiempo que ha lamentado que se les haya ido «marginando de la vida pública» para obligarles a «emigrar o a mendigar por empleos que no existen o no les permiten proyectarse en un mañana».
«Hemos creado una cultura que, por un lado, idolatra la juventud queriéndola hacer eterna, pero, paradójicamente, hemos condenando a nuestros jóvenes a no tener un espacio de real inserción» en la sociedad, indica en su escrito semanal, para agregar que «queremos que nuestros jóvenes sí tengan lugar en nuestras comunidades cristianas, en nuestras parroquias».
«Se nos pide asumir el compromiso que cada uno tiene, por poco que parezca, de ayudar a nuestros jóvenes a recuperar, aquí en su tierra, en su patria, horizontes concretos de un futuro a construir, porque creen en Cristo y la alegría del Evangelio transforma su vida», argumenta el arzobispo toledano.
Bajo su pinto de vista, mirar a Cristo en el pesebre, ahora que termina el año, «nos desafía a ayudar a nuestros jóvenes para que no se dejen desilusionar frente a nuestras impaciencias y estimularlos a que sean capaces de soñar y de luchar por sus sueños. Capaces de crecer y volverse padres de nuestro pueblo».