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jueves, 7 noviembre
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“Hay que romper el estigma normalizando la situación y la atención de los enfermos adictos”

“Hay que romper el estigma normalizando la situación y la atención de los enfermos adictos”

Francisco Pascual, Paco Pascual como es conocido en el mundo de las adicciones, participó este domingo en las Jornadas de Faarfacam y Asora celebradas en Tomelloso. Es médico en la Unidad de Conductas Adictivas de Alcoy y en el Grupo de Alcohólicos Rehabilitados de la ciudad alicantina. Es asesor de la Confederación de Alcohólicos, Adictos en Rehabilitación y Familiares de España y presidente de la sociedad científica Socidrogalcohol.

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Pascual, que visita con frecuencia Tomelloso, es un referente en el tratamiento de las adicciones que defiende la atención integral y que las asociaciones de adictos y los profesionales caminen y trabajen unidos. La sociedad que preside se encuentra embarcada en una campaña para romper la falta de compresión y el rechazo de la sociedad a la hora de entender la enfermedad de la adicción, para romper el estigma. Por ello, se esfuerza en transmitir una imagen de normalidad a la hora de enfrentarse a una patología tratable.

Pregunta.- Usted siempre aboga por una atención integral de las adicciones, ¿eso cómo se conjuga, en qué consiste?

Respuesta.- Eso se conjuga muy bien pero falta voluntad política. Es este país y dependiendo de la comunidad autónoma que sea, todos los recursos asistenciales tienen un padre y una madre distintos. De hecho el primer movimiento de atención a adictos nace de colectivos de los propios pacientes porque la administración durante mucho tiempo no dio respuesta a nada. Luego, dependiendo de cada comunidad, se crea una red de atención a las conductas adictivas y otra red que puede ser de psiquiatría. Como característica común, los psiquiatras dentro de las Unidades de Salud Mental no han querido ver a este tipo de pacientes. Es verdad que se han ido incrementando, a partir de 1985 sobre todo con el VIH y la heroína porque ahí, molestaban todavía más. Los alcohólicos que durante mucho tiempo habían sido borrachos, ya molestaban mucho.

Actualmente está el componente, que creo que es una moda más que una realidad, de entender que todo viene a través de la patología dual. Pero la dualidad es algo que ha existido siempre y que le han puesto una etiqueta, ¿qué paciente no puede tener la posibilidad de una enfermedad psiquiátrica, sea o no adicto? Pero tampoco existe en todos los casos una relación causa efecto y si existiese no sabemos si es antes o después de la adicción.

A partir de ahí se ha decidido crear dos redes paralelas que en algún punto cabalgan juntas. No hay ningún problema. Pero la patología adictiva debería ser seguida por un equipo que tenga médicos, trabajadores sociales, psicólogos, enfermeras y, si es posible, la colaboración de más profesionales. Del mismo modo que puedes derivar a una persona que sufre alcoholismo y una hepatitis crónica o vírica a Digestivo o un fumador que tiene un proceso bronconeumónico lo mandas al Neumólogo, si tiene una patología mental debería poderse derivar a Psiquiatría para un tratamiento en paralelo. Pero en lugar de tratamientos en paralelo, hemos hecho tratamientos para-lelos y en vez de coordinarnos, cada uno ha ido a su libre albedrío.

Esto es muy fácil, es un tema de predisposición política, existan dos redes o una, debe haber una figura que integre y coordine. Ahora, que no me diga nada que las asociaciones de adictos no tienen cabida, dese cuenta de la gente que hay hoy aquí, que hubo la semana pasada en Albacete. Si esta gente, a través de la filosofía de la ayuda mutua, con el apoyo de los familiares y los profesionales ha sido de crear una estructura paralela para ayudar al colectivo de pacientes donde no llega la administración o los profesionales, no podemos darle ahora la patada. A nadie.  Integrar quiere decir que no haría falta más de lo que tenemos, pero bien organizado y con predisposición política de que haya una figura que coordine.

P.- De todos los elementos que ha nombrado, las asociaciones de enfermos son el eslabón más débil, ¿cree que siguen siendo vigentes en la actualidad la labor que hacen?

R.- Es necesaria y complementaria. Muchas veces lo que hacemos desde la asistencia sociosanitaria es intentar ser el vagón de choque. Vienen, tienes que desintoxicarlos…Pero una vez encauzados, todo el tema de resocialización, prevención de recaídas, puede ser llevado a cabo por las asociaciones siempre que estén bien coordinadas con lo demás.

P.- Antiguamente existía una desconfianza entre las asociaciones de adictos y familiares y los profesionales, ¿sigue manteniéndose?       

R.- Afortunadamente creo que eso va desapareciendo, vamos todos juntos a todo. Sobre todo la gente que emana de los orígenes. Cuando tú estás al lado de un colectivo de pacientes y eso te hace entender bien que es la enfermedad… Porque, claro, se puede decir que la adicción es una enfermedad mental  y es verdad, pero no es solo una enfermedad mental. Si hacemos propuestas reduccionistas, el profesional nunca va a cuadrar con el paciente. Pero, si por el contrario, entendemos que el modelo biopsicosocial multidisciplinar es el adecuado pero luego medicalizamos demasiados los recursos, estamos perdiendo una oportunidad  no de recuperar el paciente sino de recuperar la persona que es lo que interesa.

P.- La creación de Socidrogalcohol fue un hito en el tratamiento de las adicciones.

R.- Totalmente. Fíjese que el origen fue “Socialcohol”, luego se vio que las adicciones se iban ampliando. Se incluyeron las drogas por la heroína, cocaína y cannabis. Incluso ahora estamos trabajando con respecto a la aparición de las drogas sin sustancia, que están ahí en nuestra sociedad.

Pero si algo caracteriza a Socidrogalcohol es que es la sociedad de todos. No es excluyente. A mí un periodista me interesa y un filósofo y un abogado porque entendemos que esto afecta a distintos aspectos de la sociedad. En año 2019 cumpliremos 50 años y una entidad con medio siglo de vida, por lo menos ha demostrado que sirve para algo.

P.- ¿No cree usted que la sociedad frivoliza las adicciones?

R.- La sociedad frivoliza con las adicciones hasta que tiene un problema en su familia. Los políticos frivolizan hasta que tiene un problema en su entorno. Entonces no frivolizan vienen a buscarnos y hablo en plural porque igual buscan a un colectivo de pacientes o a un profesional. Es la falsa hipocresía de que como todas las sociedades tienen su droga, aquí empezamos con el alcohol y a veces se sigue con el cannabis y la cocaína y la gente no le da importancia hasta que lo tiene al lado de casa.

P.- Desde Caarfe y Socidrogalchol abogan por romper el estigma social de los adictos. Se ha lanzado un hashtag #rompeelestigma, se están llevando campañas en ese sentido, incluso las jornadas de este domingo se han basado en ese concepto. ¿No le parece una palabra muy fuerte, con muchas aristas?

R.- Uno para que vea la verdad tiene que ver la pintura delante. Ha llegado la hora de no esconder nada. En estos momentos hay muchos profesionales y la propia sociedad que tienden a marginar a estas personas ¿A esto cómo lo llamas? ¿Hipocresía? También tiene muchas aristas. Yo lo llamo estigma porque lucho para normalizar la atención y la situación. Como hemos visto hoy aquí el máximo estigma que tenemos son los padres y las madres los que estigmatizan los hijos en lugar de coger el toro por los cuernos. Hay que coger el toro por los cuernos porque si no nos pilla a todos.

P.- Es decir, la normalización es el camino a seguir.

R.- Me da igual que a esa persona la llames enfermo, que le digas que tiene un trastorno como denominen los psicólogos. Lo que está claro es que es una persona que tiene una serie de problemas y por esos problemas es apartada de esa normalidad. Yo lo que quiero es que se integre y tenga los mismos derechos que cualquier persona.

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