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domingo, 17 noviembre
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Humor, imaginación y diversión con el I Rally de Autos Locos del Carnaval de Tomelloso

Humor, imaginación y diversión con el I Rally de Autos Locos del Carnaval de Tomelloso

A las 17:00 en punto, con puntualidad británica, el juez de pista daba la salida al I Rally Autos Locos de Tomelloso y los locos cacharros —eso sí, de uno en uno— comenzaron la carrera. Partieron seis intrépidos participantes desde la calle Socuéllamos hasta el final de la calle Don Víctor, con para en la plaza de España donde fueron entrevistados por el inagotable spiker de los carnavales tomelloseros, Pepe Sánchez.

El público se animó y fueron varios cientos de personas los que acudieron a la plaza a ver tan singular carrera, en la que más que el rugir de los motores se escuchaba el cansancio de los pilotos pues no en vano, y para evitar peligros, los autos locos se movían por tracción humana. El rally es una de las novedades del Carnaval 2017 y que, además se celebró como concurso. Al cierre de esta edición aún no se conocía el fallo del jurado.

Abría la carrera el Focker del Barón Rojo, con un vuelo rasante y continuó, accionado por pedales, lo que hizo que el piloto cogiese en su rostro el mismo color encarnado de la aeronave.

Continuaron los Formulas 4. Cuatro ciclistas en cuatro vehículos a cual más imaginativo y estrambótico, pero con un ánimo inquebrantable y unas ganas locas de ganar la prueba. Un Batmovil movido gracias al empuje del Jocker y Batwoman y pilotado por un incipiente Batman al que, sin duda, aguardan muchos carnavales de gloria, salió en tercer lugar.

El cuarto en discordia fue el troncomívil de los Picapiedra. Y venían todos.  Pablo y Pedro (extrañamente el rubio más corpulento que el segundo), Vilma, Betty, Pebbles y Bum-Bum. La «van» de un Equipo A «Remendao», retestinada con todos los miembros de la singular cuadrilla, fue el siguiente elemento en quemar el asfalto,

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El desfile lo cerró un engendro movido a pedales que se llamaba Hosteleros de Tomelloso. Consistía en un bar movido a pedales por los clientes del local. En definitiva y parafraseando la famosa película, estos chalados, con su locos cacharros, pusieron la nota de humor, imaginación y diversión al martes del carnaval.

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