Olga Viza lleva el periodismo pegado en la piel. Lo llevaba de niña cuando editaba su propio periódico familiar y fue un periodista, Jesús Hermida, quien la inició en el gusto por el vino tinto. Pero además es una gran amante del vino que fue nombrada Embajadora del Vino en 2013 y que conoce la feria como pocas personas. En esta edición vuelve para dirigir de nuevo la entrega de los reconocimientos a los Embajadores del Vino, el 10 de mayo a las 19 horas en el salón de actos del pabellón ferial de Ciudad Real .
Pregunta-. Usted fue nombrada Embajadora del Vino en 2013, ¿qué supuso para usted?
Respuesta-. De entrada supuso una sorpresa. Tuve el placer de presentar la edición de los Embajadores y cuando iba a cerrar el acto descubrí que había prórroga. Me quedé perpleja y te confieso que me hizo muchísima ilusión. Lo recibí como un honor absolutamente inmerecido porque mi conocimiento sobre el vino no alcanza la categoría del Embajadora, siquiera de Cónsul. Se ajusta más a la de funcionaria de consulado.
P-. A estas alturas, tras tantas ediciones compartidas, ya conoce FENAVIN como si fuera parte de la feria, ¿cómo se la describiría a alguien que nunca ha oído hablar de ella?
R-. Nunca la conoces del todo, cada año descubro cosas nuevas. Pero sí me he atrevido a recomendar FENAVIN a mucha gente, les digo: “No he visto nada igual alrededor del vino. Lo consagrado, lo innovador, lo imprescindible, lo arriesgado, todo está allí. Se habla un lenguaje único bajo aquellas carpas”.
P-. ¿Tiene algún recuerdo personal asociado inseparablemente al mundo del vino?
R-.Yo no bebía vino tinto, no me gustaba, incluso me sentaba mal. Jesús Hermida y su mujer, Begoña Fernández, decidieron acabar con ese prejuicio y me llevaron a un lugar único en Francia. No olvidaré jamás aquella botella de vino.
P-. Usted fue una pionera en España en dedicarse a la información deportiva, ¿al mundo del vino, como al del deporte en los años 80, le falta un punto de vista femenino?
R-. No sé lo suficiente como para hacer aquí un alegato .Sospecho que el mundo del vino se debe parecer mucho a tantos otros donde “ha costado”. En cualquier caso será bueno subrayar lo que sí me consta. En el maravilloso libro de Josep Roca e Inma Puig “Tras las Viñas” descubrí las historia de cuatro grandes de la viticultura como María José Lopez Heredia, Elisabetta Foradori, Lalou Bize-Leroy y Sara Pérez. No olvido a mi amiga Cristina Alcalá, enóloga y gerente de Ribeiro, que ha sido mi “profesora” . Y valoro el entusiasmo de AMAVI ,ese grupo de mujeres que en FENAVIN recibirán su merecidísimo título de Embajadoras.
P-. Cómo va The Carmen, aquel periódico que dirigió en su infancia cuando ya sabía que lo suyo era el periodismo, ¿ha notado la crisis del sector?
R-. The Carmen era el regalo recurrente que le hacía a mi abuela en su cumpleaños, ocho páginas, unas cuantas fotos manipuladas y mucho texto. Aquello funcionaba. Pero si me pregunta si he notado la crisis del sector .Rotundamente sí. La supervivencia de los medios, la destrucción de puestos de trabajo y la laxitud del rigor fagocitada por razones comerciales ha causado una enorme herida. Adecuarse a un espacio de comunicación invadido por las redes es una tarea que no se ha resuelto. Oí a Iñaki Gabilondo una frase que no puede ser más reveladora “en una inundación lo que escasea siempre es el agua potable”
P-. ¿Qué opinión le merece FENAVIN?
R-.Si me permite una comparación…. imagine a un gran tenista, un profesional del tenis que domina la técnica, que es virtuoso en la pista, que está en constante evolución, que ambiciona llegar a más…ese tenista seguro que querrá participar en Wimbledon. Ese torneo lo reúne todo y a todos. Pues eso, para los grandes del vino, quienes lo hacen, quienes lo compran, quienes lo estudian, FENAVIN es donde hay que estar.