El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha inaugurado este lunes las instalaciones de la biorrefinería experimental Clamber en Puertollano, donde ha anunciado que la localidad ciudadrealeña contará con un proyecto de biomasa que podría crear 150 puestos de trabajo, cuando, según lo previsto, en los meses de noviembre y diciembre se produzca la aprobación de la declaración de impacto ambiental.
Durante el discurso pronunciado en el acto institucional de Clamber, García-Page se ha referido a los «enormes problemas» con que la Administración regional se encontró a la hora de implantar Clamber en Puertollano, objeto, ha asegurado, de una «batalla sorda» para evitar que se instalara en la ciudad industrial.
Sin embargo, ha situado este proyecto como «referencia internacional» de la bioindustria y bandera de una «economía circular» consagrada a la sostenibilidad ambiental.
Además, ha mostrado su «satisfacción» por el desenlace de unas gestiones que «profundizan» en la tradición de «distinguir las comarcas» en función de sus «especialidades», como es la energía en el caso de Puertollano.
Así, el jefe del Ejecutivo regional ha afirmado que Clamber ha superado un «problema enorme» de viabilidad para presentarse como una planta «útil y sostenible», con proyectos de investigación ya en marcha para determinar la conversión de biomasa en productos energéticos competitivos.
De este modo, ha proseguido, apostará por el nuevo modelo de la «economía circular» y «ambientalmente sostenible», un esquema productivo apoyado económicamente por las instituciones europeas.
AVANCES EN LA AUTOVÍA TOLEDO-CIUDAD REAL
A juicio del presidente autonómico, el proyecto Clamber forma parte de una estrategia de apoyo a Puertollano que pasa también por la «batalla» por el trazado sur de la autovía A-43 Mérida-Ciudad Real. Ha asegurado que este será uno de los asuntos que abordará en su próxima reunión con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a quien pedirá que esta infraestructura «no se demore en debates técnicos» y se materialice «cuanto antes». Además, ha indicado que en unos meses podría haber «avances» en el primer tramo de la futura autovía Toledo-Ciudad Real.
En el mismo tono se ha referido a la construcción del futuro Hospital de Puertollano que «será una realidad, a su ritmo», al tiempo que ha recordado que contará con una unidad propia de Oncología.
Las palabras de García-Page han estado precedidas por la intervención del consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, quien ha subrayado el carácter «pionero» de las instalaciones de Clamber, respaldadas por una consignación de 1,4 millones de euros en los presupuestos regionales para dotar de maquinaria al complejo.
Según Martínez Arroyo, Clamber se convertirá en un polo de desarrollo y generación de empleo directo e indirecto, y albergará, entre otros, proyectos tan «interesantes» como la experimentación con residuos sólidos urbanos para generar bioplásticos.
Al acto también han asistido la alcaldesa de Puertollano, Mayte Fernández, y el presidente de la Diputación de Ciudad Real, José Manuel Caballero, entre otras autoridades. Ambos han agradecido el apoyo del Gobierno regional a las instituciones provinciales en el desarrollo de proyectos que dinamicen la economía y los sectores agrario e industrial.
Mayte Fernández ha enfatizado que Puertollano «necesita imperiosamente» estar en la estrategia regional del Gobierno de Castilla-La Mancha, algo de lo que tiene la «garantía» del presidente.
UN PROYECTO CON 15 SOCIOS
En la puesta en marcha de Clamber han participado el Gobierno regional, el Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO) y la Unión Europea, a través de los fondos FEDER. Se trata de la primera biorrefinería tecnológicamente avanzada a escala piloto de España, diseñada para llevar a cabo la investigación y determinar la viabilidad de la conversión de biomasa en productos energéticos competitivos. En la actualidad forman parte de este proyecto 15 socios procedentes de distintos países europeos.
Clamber se sitúa en una parcela de 19.000 metros cuadrados ubicada en la carretera que une Puertollano con Calzada de Calatrava y a escasa distancia del complejo petroquímico de Repsol. En la actualidad está gestionada por siete trabajadores, incluidos tres directivos, dos técnicos de planta, un electromecánico y un operario.
Las instalaciones constan de una zona de oficinas y laboratorios y una nave de 1.400 metros cuadrados dedicada a los equipos de la biorrefinería, servicios auxiliares y gestión de residuos.