El presidente de la Diputación de Ciudad Real, José Manuel Caballero, ha asistido esta mañana dentro de los actos organizados en FENAVIN, la Feria Nacional del Vino que se celebra en Ciudad Real del 9 al 11 de mayo, a la presentación del libro «Tras las viñas» de la psicóloga clínica Inma Puig y del prestigioso sumiller, a él le gusta más lo de camarero, Josep Roca.
Caballero, que ha estado acompañado del vicepresidente Manuel Martínez López-Alcorocho, ha mostrado su satisfacción por el contenido de esta obra, que se ha comprometido a leer con pasíon y sin dilación, porque más allá de lo que el vino puede reportar para la economía de la provincia y de la región, le preocupa y le interesa el aspecto humano y las historias que puede encerrar una botella o contenerse tras una copa de vino.
El libro, que ha sido presentado por el periodista José Ribagorda, desvela el alma de los vinos, descubre y describe como detrás de una copa de vino hay un mundo maravilloso. Al respecto, Puig cuenta como antes de la visita a la bodega del Celler Can Roca, tenía el conocimeinto de que una bodega era un lugar oscuro y húmedo en el que únicamente se podían ver botellas colocadas horizontalmente, pero «después de la visita tuve consciencia de que detrás de una botella de vino, hay personas».
Y como profesional de las personas y quizás por deformación profesional empezó a preguntar a Josep al respecto. Sus respuestas despertaron de tal manera su curiosidad que al pedirle bibliografía acerca de las personas que hacen vino su respuesta fue que no había y «su propuesta fue que podíamos escribirlo juntos; él, como sumiller, cataría los vinos y yo como psicóloga, las personas», ha comentado.
La elaboración del libro les ha llevado casi cuatro años, viajando por todo el mundo. Josep Roca, por su parte, indica haber puesto su alma en contar los vinos que selecciona, y mientras los cuenta, «no hay sumiller, hay alma vínica», dice, porque entiende que cada sumiller cuando sirve, más allá de ser embajador de las personas del vino, de ser transmisor de un paisaje embotellado, también ofrece con su gesto, una parte de sí mismo. «Somos lo que ofrecemos».
El presidente de la Diputación de Ciudad Real, José Manuel Caballero, ha asistido esta mañana dentro de los actos organizados en FENAVIN, la Feria Nacional del Vino que se celebra en Ciudad Real del 9 al 11 de mayo, a la presentación del libro «Tras las viñas» de la psicóloga clínica Inma Puig y del prestigioso sumiller, a él le gusta más lo de camarero, Josep Roca.
Caballero, que ha estado acompañado del vicepresidente Manuel Martínez López-Alcorocho, ha mostrado su satisfacción por el contenido de esta obra, que se ha comprometido a leer con pasíon y sin dilación, porque más allá de lo que el vino puede reportar para la economía de la provincia y de la región, le preocupa y le interesa el aspecto humano y las historias que puede encerrar una botella o contenerse tras una copa de vino.
El libro, que ha sido presentado por el periodista José Ribagorda, desvela el alma de los vinos, descubre y describe como detrás de una copa de vino hay un mundo maravilloso. Al respecto, Puig cuenta como antes de la visita a la bodega del Celler Can Roca, tenía el conocimeinto de que una bodega era un lugar oscuro y húmedo en el que únicamente se podían ver botellas colocadas horizontalmente, pero «después de la visita tuve consciencia de que detrás de una botella de vino, hay personas».
Y como profesional de las personas y quizás por deformación profesional empezó a preguntar a Josep al respecto. Sus respuestas despertaron de tal manera su curiosidad que al pedirle bibliografía acerca de las personas que hacen vino su respuesta fue que no había y «su propuesta fue que podíamos escribirlo juntos; él, como sumiller, cataría los vinos y yo como psicóloga, las personas», ha comentado.
La elaboración del libro les ha llevado casi cuatro años, viajando por todo el mundo. Josep Roca, por su parte, indica haber puesto su alma en contar los vinos que selecciona, y mientras los cuenta, «no hay sumiller, hay alma vínica», dice, porque entiende que cada sumiller cuando sirve, más allá de ser embajador de las personas del vino, de ser transmisor de un paisaje embotellado, también ofrece con su gesto, una parte de sí mismo. «Somos lo que ofrecemos».