La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete juzgará el próximo jueves 22 de junio a un hombre acusado de varios presuntos delitos de abusos sexuales a menor de 16 años, uno de ellos continuado, de dos delitos de uso de menores con fines pornográficos, exhibicionismo sexual y explotación sexual de menores, por los que la Fiscalía le pide 30 años y medio de prisión.
El escrito de acusación del Ministerio Fiscal, al que ha tenido acceso Europa Press, recoge que los denunciantes, padres de tres menores de edad en el momento de los hechos (dos de ellos, un niño y una niña, víctimas de lo denunciado), conocieron al acusado porque era amigo del hermano del padre.
Ambos, el tío de los menores y el acusado, estaban buscando un empleo y, además, el acusado vivía muy cerca de ellos, en su misma calle, lo que propició que se conocieran y que poco a poco fuera surgiendo entre ellos una relación de confianza que se transmutó en amistad.
Dado el prolongado horario laboral de los padres de los menores, éstos le encomendaron al tío el cuidado de los tres menores y, como no tenía trabajo, lo aceptó. Fue a través del tío como el acusado se adentró en el círculo familiar.
A partir del mes de octubre de 2014, el acusado empezó a tener interés en pasar tiempo con el tío y con los niños, y empezó a ganarse la confianza de la familia haciendo regalos a los niños o grabándoles películas.
En este ambiente de cordial confianza entre los padres, el tío de los pequeños y el acusado, éste entraba en la casa de aquellos con frecuencia, facilidad, naturalidad y desenvoltura, realizaba reparaciones eléctricas e, incluso, acompañaba al tío cuando éste se quedaba al cuidado de los menores.
Es más, incluso competía con el tío y le decía que se ocupara de uno de los menores, que él atendía a los otros dos, y poco a poco les fue manipulando y regalando cosas, algunas caras, para ganarse su afectividad.
El escrito señala que los padres comenzaron a percibir un extraño cambio en el comportamiento de dos de sus tres hijos, los dos mayores
–un niño y una niña– y acudieron al colegio a hablar con los orientadores y, tras mantener conversaciones más íntimas con sus hijos, y conocer los hechos, acudieron, el 6 de marzo de 2016, a la Comisaría Nacional de Policía a denunciar los hechos.
Entre ellos, que el acusado había aprovechado su cercanía y familiaridad para propiciar el contacto físico entre su cuerpo y el de los dos niños mayores, y la acusación de la Fiscalía también incluye presuntos hechos presuntamente delictivos como pornografía infantil, grabación de imágenes de menores en conductas sexuales explícitas o exhibicionismo sexual.