El Proyecto Life Humedales de La Mancha, consistente en la restauración de albardinales y estepas salinas en los humedales de la región y coordinado por la Fundación Global Nature junto a la Consejería de Agricultura, ya ha intervenido en cerca de 300 hectáreas de terreno en las orillas de estos espacios naturales en la Comunidad Autónoma, en una estrategia cuyo periodo de ejecución acabó en noviembre, si bien seguirá trabajando en el terreno durante cinco años más para consolidar los avances logrados.
Con motivo del Día Mundial de los Humedales que se celebra este jueves, Amanda del Río, directora del proyecto, ha explicado en una entrevista con Europa Press que esta acción, con un presupuesto de 2,6 millones de euros cofinanciados al 75% por fondos europeos, se está desarrollando en espacios de la red Natura 2000 de las provincias de Ciudad Real, Toledo y Cuenca, interviniendo en las lagunas de 10 municipios.
De esta manera, Life Humedales de La Mancha ha intervenido en Alcázar de San Juan –Laguna de las Yeguas, Laguna de la Veguilla, Laguna del Camino de Villafranca, Laguna de los Carros y Laguna los Pajares o de los Pájaros–; Campo de Criptana –Laguna de Salicor–; Pedro Muñoz –Laguna del Pueblo o de la Vega, Laguna del Retamar, Laguna de Navalafuente y Laguna de Alcahozo–; y en Mota del Cuervo –Laguna de Sánchez Gómez, Laguna de Manjavacas, Laguna La Dehesilla y Laguna de Alcahozo Chico–.
También en la Laguna del Taray Chico –en Las Mesas y Las Pedroñeras–; Laguna de la Albardiosa, Laguna El Longar, Laguna del Altillo Grande y Laguna del Altillo Chica –en Lillo–; Laguna de Taray y Laguna Grande –en Quero–; Laguna de Peñahueca, Laguna de Tírez y Laguna Larga –en Villacañas–; y Laguna Grande, Laguna Chica y Laguna de la Sal en Villafranca de los Caballeros.
Este proyecto, ha detallado Del Río, «se dedica a restaurar hábitats en las orillas de las lagunas, entornos muy peculiares «por la sal y por tener unas condiciones muy duras a pesar de las cuales las plantas se adaptan».
Las características de estos espacios hacen que convivan en ellos especies muy excepcionales incluso únicas, como el escarabajo Cephalota Dulcinea, especie endémica castellano-manchega; o el grillo cascabel de plata. También hay especies de flora «protagonistas», como el albardín, que conforma «uno de los paisajes más típicos de La Mancha», o las conocidas como ‘acelguillas saladas’.
A lo largo de la duración del proyecto se han adquirido cerca de 300 hectáreas de fincas particulares situadas en las orillas de estos humedales, donde se ha procedido a restaurar su vegetación, se han mejorado caminos, se han instalado señales y se han adecuado zonas públicas para facilitar el turismo y la llegada de visitantes. «Y para que la población local pueda llegar a conocer estas maravillas, que a veces las tenemos sin saberlo», ha destacado.
«HAY QUE ALINEAR A LAS ADMINISTRACIONES»
Una vez finalizado el proyecto, ahora toca «poner en valor lo especial de estos ecosistemas, saber comunicarlo incluso trabajar con los agricultores de la zona para comercializar sus productos dentro de la Red Natura 2000».
Para ello ya se trabaja con el Gobierno regional y con los ayuntamientos con la intención de «alinear a todas las administraciones» en este propósito. «Tenemos que ir todos a una. Son ecosistemas únicos», ha defendido Amanda del Río.
«Siempre hablamos de aves, que son importantes, pero nosotros no trabajamos dentro de los humedales sino en las orillas, espacios que también dan mucha información del estado de salud de las lagunas», ha explicado.
El proyecto sí que ha servido además para hacer un censo de aves, con los que se ha podido dilucidar que muchas especies amenazadas aparecen en estos humedales, tales como la malvasía cabeciblanca, especies de garza muy escasas, canasteras o zambullines cuellinegros.
Para Del Río, uno de los éxitos del proyecto ha sido «conseguir enganchar a los agricultores», que están empezando a fomentar cultivos y trabajando en diferenciar sus productos ecológicos, como los garbanzos o la lenteja pardina castellana, compatibles con la conservación de la fauna esteparia y más rentables a la hora de salir al mercado.
«SE HAN PUESTO LOS MIMBRES PARA APUNTALAR EL TURISMO»
Amanda del Río ha considerado que gracias el Proyecto Life Humedales se han puesto los «mimbres» para que se pueda apuntalar estos espacios como atracción turística.
«Ojalá que los empresarios turísticos se aprovechen de todo nuestro trabajo para poder poner en marcha un buen producto de ecoturismo. Esta zona está a una hora de Madrid y es comparable a Doñana», ha argumentado.
Dentro del objetivo de que los ayuntamientos empiecen a colaborar entre sí, ha puesto el acento en la importancia del tipo de turista que se interesa por una zona de estas características.
Así, ha recalcado que no solo vienen a hacer turismo ornitológico, sino que «estos turistas también quieren hacer rutas, ver los molinos, comer un buen menú, probar el queso y el vino de la zona y gastarse mucho dinero no solo en visitar una laguna».
Ahora toca al Comité de Alcaldes de esta decena de municipios conseguir una «cooperación» que ponga en valor el trabajo ya realizado a través del trabajo conjunto.
BUEN ESTADO DE SALUD DE LOS HUMEDALES
La directora del proyecto ha asegurado que pese a que este año no está siendo bueno en cuanto a precipitaciones, el estado de salud de los humedales es bueno.
En todo caso, sí ha llamado la atención en que hay que «devolver a su estado natural» a estos espacios y no abusar del agua derivada de potabilizadoras, ya que de esa manera hay opciones de acabar con «su esencia».
«Los ciclos del agua son los que secan los humedales y los hacen salinos, lo que hace que aparezcan especies muy particulares», ha detallado. «Cuando las lagunas se secan, no aparecen, y por eso se conectan a depuradoras, para hacer que no deje de venir el turismo», ha manifestado.