No todo fue Romería durante el pasado fin de semana en Tomelloso. El Casino de San Fernando acogió durante los días 22 y 23 las jornadas “Posibilidades de la Poesía” encuadradas en las actividades del proyecto Tomelloso Cultural. Ambos días se pudo disfrutar de un coloquio final, moderado por Dionisio Cañas, gran artífice de este evento.
El viernes María José García Bolos mostró sus vídeopoemas y fotopoemas. A continuación María Castrejón y Francis Naranjo llevararon a cabo la perfomance poética “Niñas”, se expusieron fotos de la acción fotográfica “Niñas”, de Francis Naranjo con Carmen Caballero y María Castrejón en el contexto de Acción Rural.
La lectura grupal de la obra «Niñas», de María Castrejón, provocó que hubiera un debate abierto sobre el significado de la obra completa, así como la relación con la enigmática muñeca de la acción fotográfica planteada por el artista y curador Francis Naranjo. Se habló del término «transgénero» tras plantear una persona si todos tenemos una niña dentro, resumiendo la respuesta de María Castrejón con su chapa: «don´t tag», no etiquetes. Dionisio Cañas y Francis Naranjo aportaron una visión global del concepto y las consecuencias de la paupérrima posición social de la mujer frente al hombre.
La autora expresó después que sus influencias son la literatura femenina, pero sobre todo: «ser mujer, madre, hija y estar en el mundo».
Como cierre del acto del viernes, el también poeta Amador Palacios agradeció estas jornadas que le recordaban, dijo, la verdadera poesía, al nacimiento de esta y su esencia, a la época de Homero en la que leía y disfrutaba en grupo, por lo que ha de ser este el camino más adecuado para seguir manteniéndola viva.
El sábado, tras la lectura de veinte poemas por Miguel Ángel Bernao y la poesía performativa de David Trashumante, acompañado por la música de Alex de Sousa, fue ese último espectáculo el que centró la atención del coloquio. Trashumante defendió que en su poesía hay mucho de historia, mucho conocimiento de las causas que provocan dolor y sangre, por lo que reclama que no ha de producirse el olvido. Por eso habla de la Humanidad, la vida y la muerte.
Después, se giró hacia la superficialidad que provocan las redes sociales y la búsqueda de fama en la que la sociedad parece estar atrapada. Por ello, David comentaba al público presente que él opta por la interdisciplinariedad como vehículo para transmitir emociones, de ahí que trajera como acompañante a Alex.
Como conclusión final, en ambos días hubo satisfacción entre los presentes por llevar a cabo un acto tan rico y diverso de poesía.
Para Dionisio Cañas fueron dos noches muy intensas, la primera con un lleno total; en la segunda el público fue más escaso. De cualquier modo, manifestó el poeta, el esfuerzo mereció la pena. En la primera acción, la de María Castrejón y Francis Naranjo, la interacción con personas de Tomelloso, Alcázar de San Juan y Argamasilla de Alba, fue, sin duda, muy enriquecedora. Le hizo a Cañas, explicaba, replantearse las posibilidades que tiene la poesía de poner en contacto a las personas más allá de los textos.
En la segunda jornada, la poesía escénica de David Trashumante (en colaboración con la música de Alejandro de Sousa) “fue una de las mejores experiencias poéticas que he tenido en mucho tiempo”. Los dos poetas locales, María José García Bolós y Miguel Ángel Bernao, aportaron un toque muy personal y dos maneras diferentes de acercarse a la poesía, señalaba Cañas.
El poeta y organizador de las jornadas duda de si habrá servido para algo el enorme esfuerzo físico y financiero que significo para él y para las personas que le ayudaron a hacer posible estas dos jornadas. El Ayuntamiento de Tomelloso aportó el local y unos medios técnicos básicos, que Cañas agradeció.
Si tanto el poder oficial como el privado no invierten tiempo y dinero en este tipo de actos más experimentales, “menos populistas”, en Tomelloso seguiremos creando productos derivativos de lo que se hace en toda España, pero que permaneceremos a la zaga de la poesía oficial, dijo el organizador de las jornadas. Es decir, de los libros más vendidos, de los autores más comerciales, de lo que todo el mundo lee y conoce, y jamás podremos crear productos culturales cercanos a la vanguardia de lo que se está haciendo en España y en otros países a partir de nuestro entorno local, aseveró.
