Este sábado José Luis Albiñana va a recibir en Tomelloso un homenaje organizado por la Asociación Cultural Alto Guadiana. En el mismo va a participar Isidro Sánchez Sánchez, Profesor Colaborador Honorifico de la Universidad de Castilla la Mancha y representantes de distintos medios de comunicación.
El homenaje nos sirve de excusa para charlar con Pona, un verdadero ciclón a pesar de los 88 años que atesora. José Luis es la memoria viva de Tomelloso, ha estado en todos los acontecimientos importantes de las últimas ocho décadas. Habla como un torbellino y tiene una memoria prodigiosa, sonríe —otras veces ríe— como un chiquillo. Ama a Tomelloso como pocos y dice sentirse orgulloso de la ciudad. Comenzó con el periodismo en 1946 y aún, siete décadas después mantiene una columna en El Periódico del Común de la Mancha.
Comenzando por el principio, nació el 16 de noviembre de 1928 en el número 13 de la calle Toledo. Lo de “Pona” le viene porque «de niño me criaba muy gordo y coloradote. Había unos muñecos llamados Pepón y Pepona, de esa guisa. Empezaron a decirme que parecía una Pepona. Total, que a los dos o tres años aquello se quedó en “Pona”. He firmado muchas veces trabajos en prensa con ese seudónimo». Aunque se piensa eso y asegura que «ni seudónimo ni “na”, un remoquete».
Y nos encontramos metidos de lleno en la intrincada genealogía de nuestro entrevistado. «Albiñana viene de Tarragona, del pueblo del mismo nombre. De allí era mi tatarabuelo. Mi bisabuelo recayó en Brazatortas. Mi abuelo ya vivió aquí, en Tomelloso, y mi padre, y yo también». El Masó del segundo apellido también es catalán, de Barcelona, su bisabuelo era de la ciudad Condal «mi abuelo ya vivió en Tomelloso, aquí a la espalda del Casino». Su abuelo Albiñana vino a Tomelloso de tonelero, puso un taller. El padre de José Luis fue maestro, aquello fue a resultas de que se quedase manco al rodar dentro de una cuba. Puso una escuela privada en la calle Don Sergio «se llamaba la escuela “del manquillo” y el que pasaba por ella salía listo».
No resistimos preguntarle por Félix Grande, insigne vecino de la calle Toledo. «Sus abuelos vivían frente a mi casa y “Felisín” y su familia vivían tres puertas antes de llegar, en el número 7. Su abuelo materno tuvo una taberna en la calle del Campo, donde está ahora Bankia. El pobrecito Félix Grande trabajó mucho repartiendo leche en una bicicleta con dos cántaros». De pronto nos encontramos hablando de García Pavón y la historia de la Biblioteca de Tomelloso, pero en una pirueta dialéctica de José Luis repasamos los colegios de primaria de antes de la guerra de Tomelloso; del «huertecillo del colegio del Cementerio», donde disfrutaba como un enano.
Trabajo, deportes y toros
Total, que a los 14 años acabó sus estudios y se puso a trabajar de botones. A continuación y gracias al alcalde Abelardo Contento, ingresó en el Servicio Nacional del Trigo hasta 1960 en que por una serie de avatares «empecé a llevarle la contabilidad a Luis Menchén». Allí estuvo hasta su jubilación, repasamos, sin tregua y sin solución de continuidad, su particular relación con Menchén, siempre sonriendo y haciéndonos sonreír.
Pona, a pesar de su estatura, fue jugador de baloncesto con el primer equipo que hubo en Tomelloso. Después fue «entrenador de balonmano femenino, a once». En la mili, nos contaba, el capitán pidió jugadores de baloncesto y salió José Luis, que como todo el mundo sabe es más bien retaco «“¿Dónde vas tú?”, me dijo, “A jugar al baloncesto”, le dije, y le hice una demostración de cómo jugaba. Al final acabé dirigiendo el cotarro». Después del servicio obtuvo el título de Monitor Deportivo y aquello le permitió estar durante tres años de profesor de Educación Física en un instituto de Tomelloso, cargo que compatibilizaba con su empleo en la Farmacia Menchén.
Pero es que en el año 1943 «fui boxeador. Peso mosca, pero boxeador. Disputé un combate de dos asaltos, Nini contra Pona. En la mitad del segundo asalto mi entrenador tiro la toalla… Asalto y medio y ya no he boxeado más en mi vida». Fue también banderillero, nos cuenta «pero no llegue a ejercer. Me dijeron como eran los toros de altos y me acosté del miedo que me dio. No llegué a debutar».
Concejal y Plataforma Ciudadana de Tomelloso
Y concejal «por el tercio de cabezas de familia que era el más difícil porque era mediante elecciones. Puse carteles con el eslogan “Vota a José Luis Albiñana Pona, que va a trabajar por tu pueblo”. Saqué 5.020 votos, estuve en el Ayuntamiento desde el 1 de enero de 1971 hasta el 24 de abril de 1979. Estuve en el mercado, en gobernación, en deportes, en festejos, en hacienda…». En su época de concejal se compró la Posada de los Portales por 11 millones de pesetas, en 1972 se cedieron los terrenos para el ambulatorio Virgen de las Viñas «en ese año inauguramos la Plaza de Toros hecha por suscripción pública. Se construyó el colector que atraviesa Tomelloso y cambiamos el recinto ferial al parque en 1973».
Da un salto y nos relata que en el año 1994 ingresa como miembro de la Hermandad de Donantes de Sangre en el Consejo Local de Salud. «En el 95 me eligen presidente y escribimos una carta al ministro de Sanidad, a Ernest Luch reclamándole un hospital para Tomelloso. A raíz de las negativas se formó la Plataforma Ciudadana de Tomelloso. Trabajando mucho y muy bien, la Plataforma logró que tengamos en Tomelloso el hospital que tenemos. Si no salimos ese día 20.000 personas no hay hospital en Tomelloso».
En la Hermandad de Donantes de Sangre estuvo desde su fundación en 1976 hasta el 31 de diciembre de 2015.José Luis nos cuenta que ingresó en los Donantes de Sangre a raíz de una intervención quirúrgica. «En Tomelloso fuimos durante muchos años plusmarquistas nacionales en donación de sangre. Durante muchísimos años hemos estado donando 1.800 bolsas anualmente, los donantes de sangre de Tomelloso son ejemplo para toda España».
Pona ha presentado la Fiesta de la Letras en dos ocasiones, la Fiesta de la Vendimia, otras tantas; concursos infantiles de carnaval, bailes, desfiles de modelos. Incluso ha sido delegado de la Sociedad General de Autores «cuando éramos honrados».
Periodismo
Por fin llegamos a las labores informativas de Albiñana, hemos querido dejarlas para el final. A estas alturas de la conversación llevamos más de una hora dándole a la sinhueso pero Pona sigue impertérrito, con vehemencia, sonriente, elocuente y amable. «Empecé en 1946. Dese Tomelloso fueron a llevarle al alcalde de Móstoles, el del bando, un corona el 2 de mayo. Yo estaba oyendo Radio Madrid y llamé para dar la noticia. Grabaron mi relato y cuando me oí se me puso la carne de gallina». Después se enteró que existía la agencia Pyresa y «comencé como corresponsal. En el sesentaitantos fiché por la agencia EFE. En 1973 el diario Lanza me nombró corresponsal literario. También fui corresponsal de la Ser en la emisora de Las Pedroñeras». Mientras nos enseña las acreditaciones de prensa nos cuenta anécdotas de alguna retransmisión futbolística del Atlético Tomelloso en directo en el Vicente Calderón.
En Lanza fue, como nos cuenta, corresponsal literario, es decir «dar noticias de todo». Comenzó sus labores con el diario en 1974. En 1980 empezó a hacer “Tomelloso en cifras” para la cabecera «iba a hacer las correcciones a la calle Calatrava. Aquello fue una cosa buena que hizo el periódico. En aquella sección estaba reflejado todo Tomelloso». Cuando se creó El Periódico comenzó a publicarla en el quincenal tomellosero hasta el 2012. «Dejé de ser corresponsal literario y he estado con los deportes del Lanza hasta 2012. Los directores se han portado todos muy bien conmigo y me han respetado mucho. No creas que es poco que en un periódico te respeten cuando mandas un original».
En Televisión La Mancha presentó y dirigió “Tomelloso y su gente”, «un programa de entrevistas que hice durante cuatro años, 159 programas». También grabó, durante muchos años, partidos de fútbol del Atlético Tomelloso y Tomelloso C.F. para esa emisora «en algunos pueblos las pasé canutas porque tenía que locutar entre la gente del pueblo donde íbamos». Continuando con el periodismo audiovisual, «en Radio Socuéllamos tuve un programa de mucho éxito “Voces de Tomelloso”».
Le preguntamos que si ha sido, por casualidad, corresponsal de El Caso, dado su ingente currículum periodístico. Afirma y sonríe con cara de pillo «pero lo tengo un poco tapado» y nos cuenta su corta experiencia con el semanal de los crímenes.
Retrasmitió, el 10 de junio de 1961, el famoso partido de la Copa de Aficionados entre el Barcelona y el Atlético Tomelloso, en directo, desde el Mestalla. También «tengo la trasmisión en directo para Radio Nacional desde este casino de la Copa Presidente del Gobierno de Billar, el Campeonato de España de Power Lifting en el que participaba Paul Naschi, el famoso hombre lobo…».
Tomelloso
Nos dice que de los setenta años de profesión periodística se queda «con una frase que dijo aquí en el casino Camilo José Cela en una conferencia organizada por García Pavón. El premio Nobel definió a Tomelloso como “la joven América de la Mancha”. Una frase que hay que esculpir en mármol y, además, llevaba razón».
José Luis se siente bien tratado «por la gente de Tomelloso, pero no por los poderes públicos. La gente corriente me ha querido mucho y me ha tratado muy bien. Naranjo y yo sellamos la frase “Tomelloso, París y Londres”. Soy tomellosero de pura cepa y para mí mi pueblo es lo más grande, con sus defectos, pero tengo los mejores paisanos del mundo. Y encima he sido correspondido por la gente».