El sacerdote acusado de presuntos abusos sexuales a menores en el Seminario de Ciudad Real ha quedado en libertad, sin que se hayan tomado medidas cautelares contra él, tras declarar este lunes ante el juez.
Así lo ha confirmado a los medios el abogado del sacerdorte, Francisco Maroto, después de que el cura haya declarado durante dos horas ante el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Ciudad Real.
El abogado ha señalado que el sacerdote ha respondido a todas las preguntas que le han realizado tanto el fiscal como el titular del juzgado.
El abogado ha añadido que, dado que los hechos son reservados, por parte suya no se hará ningún tipo de valoración y esperarán al desarrollo completo de la investigación que se ha abierto.
Según ha dicho, el sacerdote «no solo es que se haya ratificado en su inocencia, sino que ha respondido y clarificado a cada una de las preguntas que se le hacían y las cuestiones que se le han planteado».
«Por tanto –ha remarcado–no es solo que se mantenga, si no que está convencido de que podrá demostrar su inocencia».
El abogado ha dicho que el sacerdote está tranquilo, «todo lo tranquilo que puede estar una persona que está inmersa en un procedimiento penal, más en su condición de sacerdote, vocación de la que ha sido apartado, por lo que está bastante mal desde el punto de vista emocional y psicológico».
Maroto ha señalado que la defensa tuvo acceso el viernes pasado al contenido de la investigación canónica que, en su día, realizó el Obispado de Ciudad Real y ha dicho que desconoce si hay algún procedimiento en este ámbito.
Según ha confirmado, son nueve los niños que han manifestado que se habrían dado conductas que pudieran considerarse como abusos, aunque ha incidido en que, por el momento, ninguna familia ha presentado denuncia.
Preguntado sobre si el tema se aclara y quedara sin acusación, si volvería a ejercer como sacerdote, el abogado ha señalado que sería un tema a estudiar si llegara el caso.
El presunto caso de abusos sexuales se conoció el pasado mes de marzo cuando el Obispado de Ciudad Real informó que había mandado un informe sobre el mismo al Vaticano y que había dado traslado a la Fiscalía.
A continuación, la Fiscalía presentó la correspondiente denuncia que ha dado pie al proceso abierto. En su día, el fiscal jefe de la Audiencia de Ciudad Real, Luis Huete, declaró que los presuntos abusos «no estarían en la escala de más gravedad».