La Asociación Pro-Música Guillermo González ofreció su concierto número ciento cincuenta. Y, además, cumplen sus primeros dieciocho años de vida. Tamaña efemérides se celebró con un recital de piano a cargo de Guillermo González, el pianista canario que pone nombre a la sociedad. El Teatro Municipal de Tomelloso registró una muy buena entrada y el público asistente disfrutó, no solo de la magnífica interpretación del músico, sino de las pedagógicas y certeras explicaciones del maestro. Unas horas antes tuvimos la suerte de charlar con el intérprete.
El maestro Guillermo González nos recibe sonriente en el escenario del Teatro Municipal, “machacando” el piano recién afinado con Scarlatti, preparando el instrumento para el concierto 150 de la asociación que lleva su nombre. Un canario en Tomelloso «yo vine aquí por primera vez porque conocía a Fausti, la actual presidenta» nos cuenta con su voz suave y dulce acento mientras caminamos hacia el camerino. «Me encerraba en el Valle de los Caídos a estudiar. Tenía un piano mío y todo allí. Entonces ella y Pablo, su marido, grandes aficionados a la música y dado que sus hijos estaban en la escolanía de la abadía se acercaban a escucharme. Ahí surgió una gran amistad que aún perdura».
Primer concierto en Tomelloso
Un día viniendo el pianista de Málaga, con un amigo canadiense, se desviaron para ver «un museo muy interesante». Era el Museo López Torres, «para mí es algo muy importante que ese museo esté en Tomelloso». Por lo visto al canadiense le encantó la pinacoteca. A la salida, nuestro protagonista vio el auditorio y se metió en la sala «descubrí un problema arquitectónico que señalé a Vicente Espinosa, que estaba con nosotros. Si arreglas eso y metes un piano de cola, le dije, te ofrezco el primer concierto».
Guillermo González alaba la iniciativa de la Asociación Pro-Música que lleva su nombre «dice mucho de la gente de hay alrededor de ella y de la ciudad de Tomelloso». Igual que le gustó mucho la visita del viernes a la Cooperativa Virgen de las Viñas «me sentí muy orgulloso y así lo puse en el libro de honor, el que el unir el esfuerzo de una serie de personas hay conseguido esa obra magna que es Virgen de las Viñas».
Después de 18 años, Guillermo González se siente muy identificado con la asociación «somos grandes amigos». Luego surgió el que la APM llevase su nombre «que para mí es un gran orgullo. Ellos y Tomelloso dicen que yo soy muy generoso y yo digo que estoy muy halagado por darle el nombre a esta sociedad». La Asociación Pro-Música Guillermo González es para el maestro «primero un ejemplo, después son mis amigos. En el fondo late una idea que solamente puede salir adelante si hay personas entusiastas. Una persona entusiasta de una isla y otras personas entusiastas del centro de la península y suman como, insisto, pasó en la Cooperativa Virgen de las Viñas, por un fin común, en nuestro caso la música».
Y nos metemos a analizar la situación de la música en España. «En un país, no digo único, porque España tiene los mismos defectos que otros países, pero sí muy difícil, en el que se gastan los dineros en salvas. Te pueden dar los millones que quieras cuando pides para el mayor conservatorio del mundo, pero no cuando les dices que es evidente que de aquí ya han salido músicos suficientes para decir que esta es buena tierra, con buena semilla y hay que apoyar. Hay que proteger lo que necesitamos». Asegura que se desatiende la base porque ésta «habla menos políticamente que la cumbre».
En ese sentido, consideramos que la música en nuestro país no tiene el mismo nivel de apoyo (no solo económico) que otras artes. Guillermo González nos cuenta que su hijo, que es chef de cocina «puede ser licenciado y un músico no». Lamenta que tenemos propensión a ningún arte, «pero creo yo que es la política, el pueblo no. Si aquí en Tomelloso hay lo que hay es porque la ciudad lo demanda. Igual que tiene sus grupos de teatro». Por eso le dice al político de turno «pero si lo tiene usted todo, ponga un poco de agua en la base y esa planta fructificará… Bueno, pues no lo ven, porque somos un país sin respeto por la cultura».
Un honor
Y llegamos al concierto 150 de este grupo de entusiastas y, encima, lo ofrece Guillermo González. «Ese es otro honor que me hacen. Pensaba, ciento cincuenta, si lo hubiera dado yo, sería un trabajo hercúleo. Pero pensándolo me doy cuenta que seguramente he dado seis veces más en estos dieciocho años. Hoy es un día de fiesta, hay que festejar haber conseguido una cosa así, sin ruido, pero con una efectividad tremenda. Primero debe ser un orgullo y luego los que ahora estén gobernando deben hacer una seria reflexión».
Guillermo González nos cuenta que ha habido una época de sequía en todo el mundo, hablando de sus proyectos, incluso en su contacto con China «que es asiduo, se ha notado un bajón importante». Es cuando se aprovecha para hacer nuevos proyectos, así, el músico nos cuenta que «ahora saco una grabación en vídeo de la Iberia», una especie de edición crítica en la que el maestro da su visión de la obra de Albéniz. Del gerundense está terminando también «el ciclo de canciones que me está dando mucho trabajo». Además, estamos en las puertas del centenario de la muerte de Granados «que yo inicio en éste concierto».
El concierto, nos explicó tiene un hilo conductor, Scarlatti «nuestro vecino», Falla y Hallfter. «Ambos son los dos alumnos españoles más importantes de Scarlatti. Beben en las fuentes del napolitano que es un músico absolutamente excepcional. Se dice que es un músico italiano, pero viviendo, haciendo música y nutriéndose de España, de tal forma que termino llamándose Domingo. Era tan español como El Greco». Pero, ¿y a qué viene Granados? «Porque abrimos la puerta del centenario de su muerte».
Dejamos a Guillermo González preparándose para el que será el concierto ciento cincuenta de la Asociación que lleva su nombre, mientras salimos del camerino colegimos que «necesitamos la música en nuestras vidas».
Concierto
Como decimos, buena entrada en el Teatro Municipal de Tomelloso para el concierto 150 de la APM Guillermo González. El titular de la asociación interpretó magistralmente el programa mientras explicaba las piezas que interpreto en el recital.
La primera parte arrancó con dos sontas de Scarlatti, la fuente. Continúo con seis piezas de Ernesto Hallfter, amigo de Guillermo González y discípulo, como todo el mundo sabe, de Falla.
La segunda parte comenzó con Granados, la Serenata del Espectro y El amor y la muerte. Falla fue el colofón del recital, Cubana, Aragonesa y la Fantasía Bética. El respetable ovacionó al intérprete que puso su nombre a esta asociación que lleva 18 años fomentando la música clásica en nuestra ciudad.