La expectación levantada por el estreno de “Perro demasiado humano”, quedó cumplida, y con creces, cuando al aparecer en la pantalla los títulos de crédito, el público —que llenaba el auditorio del Museo López Torres— prorrumpió en una sonora y prolongada ovación. En nuestra privilegiada posición desde la que columbrábamos a muchos de los miembros del equipo, pudimos observar cómo, en ese preciso momento, los cuerpos se relajaban, las lágrimas brotaban y los abrazos se multiplicaban. Dos años de trabajo culminados. Las dudas quedaban sepultadas bajo los aplausos.
Este viernes, el Auditorio del Museo López Torres —precisamente en la víspera del San Antón, cuando se echan hogueras para que el barbudo egipcio proteja a los animales— acogía el estreno del documental “Perro demasiado humano”. No cabía un alfiler. La película la ha dirigido Clara López Cantos y se ha producido a través de la Asociación Acento Cultural. Han trabajado detrás de las cámaras una treintena de personas, que sin recibir ningún beneficio económico, hicieron posible que pudiésemos llegar al estreno.
El documental analiza la existencia de las protectoras de animales en España. Partiendo de la idea inicial, dar visibilidad a la complicada situación de “Ladridos Callejeros”, el film indaga, a través de distintas personas que conviven con perros, las razones por las que estos animales son abandonados. La película, a pesar de la seriedad y complejidad del leitmotiv, huye de imágenes y situaciones crueles o descarnadas que alejarían al espectador del mensaje que late en cada una de las escenas: el perro no puede vivir sin nosotros los humanos.
En “Perro demasiado humano” cuentan sus experiencias caninas veterinarios, guardias civiles, los miembros de “Ladridos callejeros”, un cazador, el poeta Dionisio Cañas, el locutor Carlos Rodríguez, los chicos y chicas de “Los delfines” o Belinda López.
Antes de la proyección de la cinta se presentó el documental. Nazaret Rodrigo hizo de maestra de ceremonias, dando paso a las intervenciones de Carlos Rodríguez, Dionisio Cañas, la presidenta de “Ladridos Callejeros”, Eva Espinosa y Clara López Cantos, la directora de “Perro demasiado humano”.
“Nosotros los hemos domesticado, nosotros debemos cuidarlos”
El poeta Dionisio Cañas, al que abordamos en los prolegómenos de la premier, señalaba que cuando descubrió la existencia del refugio de animales “Ladridos Callejeros”, adopto a una perra, Lara. Cuando surgió la idea del documental le pidieron participar. Dionisio Cañas, explicó, lo hace desde el punto de vista de la literatura universal y a través su propia obra, no en vano tiene un libro titulado “Corazón de perro”. “Lo único que he hecho ha sido apoyarlos en todo lo que me han pedido”, participando en los actos llevados a cabo para financiar la película. “Esta es una causa muy justa y muy injustamente tratada por los estamentos oficiales”. Para el poeta es un hecho la dependencia del perro con respecto a los humanos y “hay que tener conciencia de los problemas de estos animales”. Cañas señalaba para acabar, “nosotros los hemos domesticado, nosotros debemos cuidarlos”.
La película une la emotividad y la profesionalidad
Carlos Rodríguez, veterinario y presentador del programa de Onda Cero “Como el perro y el gato”, explicó que esta iniciativa es algo importante, que se debe hacer de forma casi continua, para que esta sociedad sea consciente de la importancia que tienen los seres vivos en general, “con lo cual me parece fantástica”. Y lo es, explicaba Rodríguez, porque es una iniciativa privada, “unas personitas humanas, a las que nadie ayuda, que ponen su dinero para hacer algo que tienen que hacer los que sí recaudan nuestro dinero”. Algo plausible, adorable y que a partir de la presentación va a llegar a muchos sitios y se va a poder difundir a mucha gente, señalaba el locutor. “Con que solamente le cambie la mentalidad a una persona, ya me parece un éxito”, señaló. “Perro demasiado humano”, además del mensaje que quiera dar, también tiene una producción “muy buena y está hecha por gente profesional y eso tiene un doble valor”, la película une la emotividad y la profesionalidad “lo cual es fantástico”, señalaba Carlos Rodríguez.
La fiesta continuó
Tras los aplausos y gracias a la generosidad de los miembros del equipo y de la Asociación Acento Cultural y algunos de los patrocinadores, nos mudamos al cercano Café de la Glorieta a dar cuenta de las tapas que nos habían preparado. Después del alimento espiritual nunca viene mal el corporal. La fiesta continuó (según anunciaban los carteles) en la Sala Beat con una sesión a cargo de Exis y Croosfather, afamados disc-jockeys, o como se diga. Nuestra provecta edad excusó la asistencia.
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