Entretenido concierto el que ofreció este viernes la Unión Musical Ciudad de Tomelloso, resultó del gusto del numeroso público que acudió a la Plaza de España. Una magnifica velada musical, que nos puso en suerte las fiestas patronales que comenzarán ya mismo. El concierto lo dedicó la Unión Musical a la memoria de Nicolás Rodrígañez, fallecido recientemente y muy vinculado a la banda.
Como es tradicional, la Unión Musical Ciudad de Tomelloso entró en la Plaza de España desfilando a ritmo, en esta ocasión, del pasodoble Xabia de Salvador Salviá. Una vez subidos en la tarima sonó la primera pieza del programa, Eugenio Serrano Rodrigo, pasodoble compuesto por el director de la U.M. Ciudad de Tomelloso, Felipe Vicente Manresa, dedicado al Socio de Honor de la Unión y gran aficionado a la música. Un pasodoble sincopado y ecléctico, como el propio Eugenio: contenido y brillante.
La primera parte estuvo dedicada al pasodoble. Música alegre, de feria, como si dijésemos. Los pasodobles de la primera parte (y todas las piezas de concierto) hicieron las delicias del respetable y sus notas nos acercaban a la semana que se nos bien encima.
La segunda parte estuvo dedicada a la zarzuela. El intermedio de la Pícara Molinera inició ese tercio. Continuaron con una selección de La Gran Vía de Chueca que nos llevó a aquellos tiempos del bombín, el pañuelo al cuello y los mantones de Manila. Valses, jotas, chotis… Esta música que ahora nos suena antigua y establecida fue compuesta por verdaderos revolucionarios, tanto en lo musical como en lo social. Así, el propio Chueca estuvo preso por manifestarse contra Narváez.
La bandera de la Unión Musical Ciudad de Tomelloso se puso a flamear mientras los músicos, dirigidos por Felipe Vicente Manresa interpretaban, La Chica de Ipanema, de Antonio Carlos Jobim, con sabor a verbena. No en vano, la tercera parte la titularon, “Homenaje a los bailables”. Después sonó Perfidia, el bolero, como en aquellos bailes de antaño en los que las chicas permanecían sentadas hasta que las sacaban a bailar. El tercio de bailables acabó con “Tango Gardel”, una suerte de suite con tres de los más renombrados tangos del inmortal artista, “El día que me quieras”, “Por una cabeza” y “Caminito”.
El concierto acabó con dos propinas, el pasodoble “5 de agosto” y el Himno a Tomelloso.
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