Antonio Veciana recorrió el mundo, junto al desaparecido Santiago Guillén, en Vespa, en el año 1962 «no era tan pipiolo entonces, ya tenía veinte años». Nos aseguró que la idea no surgió por generación espontánea «ya llevábamos varios años haciendo cosas, salimos a recorrer Europa con 16 años en autoestop o nos íbamos de ruta con nuestras motos, muy pequeñas entonces. A partir de ahí (ya habíamos empezado Derecho) se nos ocurrió la posibilidad de hacer un viaje gordo».
El detonante fue el estreno en Albacete de “La vuelta al mundo en 80 días”, la película de David Niven y Cantinflas. «Nos dijimos “¡coño!, pues ya está” y pensamos en dar la vuelta al mundo en un día menos que los personajes de Verne y la película. A los dos años y medio conseguimos salir, no fue una improvisación».
La cabalgadura la eligieron por exclusión, nos contaba Veciana «A ver qué moto podíamos coger entonces, que en España eran habas contadas: la Montesa, la Ossa, la Sanglas… Optamos por la Vespa por la posibilidad de obtener repuestos en todo el mundo, por la capacidad de carga, porque conocíamos la mecánica, porque el motor era muy elemental y, sobre todo, las ruedas no tenían radios. Por todo ello seleccionamos la Vespa».
Asegura Antonio que fue un gran acierto «la Vespa nos dio un juego enorme, Fue la primera serie de la moto fabricada íntegramente en España, la 150 S».
Salieron de Madrid el 25 de julio de 1962, festividad de Santiago, a lomos de “Dulcinea”, recorrieron «Francia, Mónaco, Italia, Vaticano, Grecia, Turquía, Irán, Afganistán, Pakistán, India, Malasia, Singapur, Hong Kong, Japón, Estados Unidos y Reino Unido». Llegaron a Madrid el 12 de octubre, día del Pilar.
Contaron con el apoyo de distintas instituciones oficiales del Gobierno de España, así como de entidades privadas como Vespa y BOAC. El pintor Dalí y su mujer, Gala, accedieron a firmar la motocicleta antes del viaje.
Y tras el viaje, un libro y un documental. «El libro fue una obligación que asumimos porque vendimos y cobramos los derechos del mismo antes de salir para permitirnos poder financiar el viaje. Lo escribimos en 1964 y funcionó muy bien. Al cabo de 25 o 30 años, en el 2005, una editorial volvió a sacarlo a la calle. A partir de ahí, se empezó a difundir en las redes y se puso de moda. Ahora me llaman a concentraciones y eventos».
Tras el renacimiento de libro, una productora de Alcázar de San juan hizo un documental sobre el periplo, dirigido por Raúl Fernández, que ha sido premiado en el último Festival de Cine de Castilla-La Mancha.
«Soy vespero desde entonces. Bueno antes, Santiago tenía una Vespa y ya habíamos recorrido toda España antes de embarcarnos en la vuelta al mundo».
