Roberto Martínez Medina, miembro del Departamento Educativo de Manos Unidas en Madrid, ha impartido en Tomelloso un curso para concienciar a los profesores y, a través de ellos, a los alumnos a comprender lo que ocurre en el resto del mundo y a buscar soluciones con las que comprometerse.
A este curso, llamado “Lo que nos cuentan los cuentos, educar en valores a través de la creatividad” han asistido 16 profesores de Tomelloso. El seminario, que acabó este miércoles 22 de abril, ha sido impartido por primera vez en Tomelloso y para Roberto Martínez el resultado del mismo ha sido muy satisfactorio.
A partir del cuento tradicional y acabando en los cuentos ambientados en países del sur, se han trabajado temas importantes, nos explicaba Martínez, como la educación en valores, la educación para el desarrollo, la creatividad y los derechos humanos.
Los valores que se transmiten no son exclusivos de Manos Unidas, explicaba, los cursos no están cerrados ni centrados en personas afines a la iglesia Católica. En realidad son cursos basados en la educación en valores, en los que trabaja gente católica, o no. La educación es tan global y tan abierta que debería ser para todo el mundo. En ese aspecto señalaba que desde el departamento de Educación de Manos Unidas, cuando se generan los cursos no pretender centrarse solamente a alumnos adscritos a alumnos de colegios católicos, quieren que estén abiertos a todo el mundo.
Nos explicó Roberto que en Manos Unidas no se busca solamente una ayuda económica, a los niños, en las clases que les imparte, nunca les dice que tienen que dar dinero, al contrario, les transmite que tienen que aprovechar lo que tenemos aquí. No dejar comida en el plato, cerrar los grifos, apagar las luces, todo eso que tiene, que les sobra y que no valoran, aseguraba, algo fundamental. Actualmente aquí estamos menos preparados para dar una ayuda económica, pero somos suficientes para trasmitir una sensibilización “que aquí estamos mal, allá están peor”. Allí, matizaba, como llevan tantos años mal, saben convivir con ello, aquí, nos ha pillado tan de repente, que muchos niños no valoran lo que están perdiendo. Es muy interesante, continuaba explicando, que cuando un niño venga a clase sea consciente de que tiene una suerte tremenda de contar con lo que cuenta, venir a clase todos los días, o incluso beber agua todos los días.
Estos seminarios no se quedan en una educación para el desarrollo ambientada en países en vías de desarrollo, precisaba Roberto. También están ambientados en nuestro mundo.