Las plataformas de afectados por la hipoteca de Argamasilla de Alba y de Tomelloso están alcanzando cada vez mayores logros, como reestructuraciones de deuda, condonaciones o daciones en pago. Sin embargo, sus propios miembros son conscientes de que queda un largo y arduo camino.
Las plataformas de afectados de afectados por la hipoteca (PAH) de Tomelloso y Argamasilla de Alba están de enhorabuena: tras un periodo de negociación con una entidad crediticia, han llegado a un acuerdo para la condonación de la deuda (entrega del bien a cambo de quedar libre de su pago) de una vivienda en Tomelloso.
Asimismo, en la reunión, celebrada en una sala de juntas del ayuntamiento argamasillero, han seguido dando pasos adelante en las negociaciones de varios casos de otros afectados. El más significativo es el de una familia de esta localidad, que está tratando, apoyada por las PAH, una reestructuración de su hipoteca, de modo que su economía pueda asumir las cuotas. El encuentro entre los afectados y los representantes del banco ha tenido lugar en todo momento en unos términos y ambiente relativamente distendidos.
Mucho trabajo por delante
Pero no todo son buenas noticias, S.A.R., de Socuéllamos, junto con su esposo y un hijo de tres años, han recibido un apercibimiento oficial de que deben liquidar la deuda completa que mantienen con una entidad crediticia, si no quieren enfrentarse a un procedimiento judicial. Lo que pide la entidad es una cantidad inasumible para una familia media, de modo que para esta, al borde de la exclusión social, queda fuera de toda posibilidad.
Se da, además, la circunstancia de que la caja ha enviado el mismo aviso a todos los avalistas de un préstamo plagado de irregularidades, cláusulas abusivas e incluso ilegales (como es el caso de la posibilidad de una venta extrajudicial, que permite que se tase, subaste y adjudique la vivienda con la familia dentro). Estos avalistas son cuatro familiares de S.A.R. y de su esposo, de modo que a la presión de la entidad y de empresas de recobro se suma, merced a una acción poco habitual en estos casos, el apremio de la familia de la afectada, que se cree en peligro de perder sus hogares.
Curiosamente, tanto S.A.R. como su esposo trabajaban en un restaurante que, debido a las dificultades propias de la crisis económica, empezó a dejar de pagarles, lo que originó la situación que ha dado lugar a los impagos y, con ello, al procedimiento de ejecución hipotecaria.
De ahí que S.A.R. no escatime en críticas contra el empresario y dirigente, que “sigue con su vida de viajes, coches y lujo”, mientras su hijo apenas puede recuperar la salud cada vez que se resfría, dado el lamentable estado de una vivienda que les está costando mucho más que dinero y que no pueden siquiera calentar, a causa de las deudas que el banco les ha obligado a contraer.