Gustavo Molina, natural de Ciudad Real, siempre ha tenido dos pasiones, el Ejército y el ciclismo. Hace seis años sufrió un accidente mientras hacía rápel volado en un puente y desde el primer momento fue consciente de la gravedad de las lesiones sabiendo que, a partir de ese momento, iba a depender de una silla de ruedas.
Tras el accidente estuvo cinco meses ingresado en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo donde su gran forma física, por su pasado militar y su afición por el ciclismo, resultó clave en su rehabilitación. A partir de ese momento y, al no poder ejercer su profesión, orientó su futuro hacía su otra pasión, el deporte, dedicándose unos años al ciclismo. Durante este tiempo ha fomentado la handbike, bicicleta de manos, entre los pacientes del hospital a través de FUCICAM (Fundación Ciclista de Castilla-La Mancha) con el objetivo que las conocieran, las probaran y las disfrutasen contribuyendo a fomentar la capacidad de los pacientes para desenvolverse de manera autónoma.
Gustavo Molina no olvida la primera carrera que ganó en el Pais Vasco y cuando se proclamó Campeón de España de Handbike en 2012 donde no era, ni mucho menos, el favorito de la prueba. Entrena en Ciudad Real 4 ó 5 horas diarias todos los días para competir en las disciplinas de Duatlón y Triatlón.
