El lunes 23 de noviembre comienzan en el pantano de Peñarroya las obras de la nueva toma flotante para el abastecimiento de agua potable de Tomelloso y Argamasilla de Alba. El proyecto, aprobado con cargo al superávit del Consistorio, tenía un coste estimado de 200.000 euros, siendo adjudicado finalmente por 138.000 euros. Esa cantidad será financiada en un 70 por ciento por el Ayuntamiento de Tomelloso y el 30 por ciento restante por el Consistorio argamasillero.
Según explicó en un encuentro con los medios el concejal de Obras y Urbanismo, José Ángel López Navarro, se trata de una infraestructura que mediante una tubería que capta el agua de la superficie, con mayor calidad que cuando se extraía del fondo del pantano. La toma flotante es el punto de entrada del agua, para después tratarse y llegar con calidad a los grifos.
López explico que es una obra muy especializada que va a contar el trabajo de equipos subacuáticos y piezas muy singulares como es la rótula, la más importante, señaló, ya que permite el movimiento de la toma flotante ante las variaciones del nivel del agua del embalse.
La obra incluye dos tuberías con dos entradas de agua, por lo que se va a mejorar la captación del líquido elemento. El plazo de ejecución de las obras es de 20 días, aunque la empresa adjudicataria de la obra estima una duración de entre 10 a 15 jornadas de trabajo. Mientras dure la obra, explicó López, el abastecimiento de agua está asegurado gracias a un convenio firmado con la Comunidad de Regantes del Estrecho de Peñarroya que va a permitir un abastecimiento alternativo mediante bombeo a través de las balsas de los regantes hasta los depósitos de tratamiento municipales. No obstante advirtió que cabe la posibilidad de producirse cortes ocasionales en el suministro.
El concejal explicó los antecedentes de este proyecto manifestando que cuando el actual equipo de gobierno comenzó su mandato se encontró con la infraestructura averiada desde 2012 por el colapso de la rótula que provocó que la toma flotante se tumbara. Hubo riesgo, a consecuencia de la bajada del nivel del agua en la época estival, de que la tubería de la toma flotante se quedase por encima de la superficie del agua y por tanto no entrase agua en los depósitos, por lo que se consideró urgente acometer la obras que se van a llevar a cabo.
La toma flotante, que fue puesta en marcha en 2001, necesitaba un mantenimiento e inspecciones periódicas que solo se hicieron hasta 2004, según explico José Ángel López. Desde aquella fecha y con informes aconsejando estos trabajos de la empresa concesionaria y de los técnicos municipales, no se llevaron a cabo, con lo que la vida útil prevista de la instalación antigua se ha visto recortada.
Para el concejal, se llega a esta situación por negligencia ya que si existen informes recomendando su mantenimiento, hay un descuido político de no querer actuar por lo que de 2012 al 2015 nadie toma la decisión de sustituir la toma.
