La visita de las Madrinas y los miembros del Consistorio a la Residencia San Víctor es una de las tradiciones más arraigadas de la Feria y Fiestas de la ciudad. Hace años las autoridades y las madrinas, o las damas, remontándonos más atrás, servían la comida a los ancianos y ancianas de la residencia. El acto, actualmente, se limita a una visita al centro y ha quedado como homenaje a los ancianos de Tomelloso representados en los residentes de San Víctor.
La alcaldesa de Tomelloso, Inmaculada Jiménez, al frente de la vista, destacó que es “increíble ver la cara de alegría de nuestros mayores” al recibir a las Madrinas. Inmaculada Jiménez agradeció el que año tras año, desde la residencia se invite a la Corporación y a las Madrinas. Los mayores, afirmaba la alcaldesa, lo han dado todo por nosotros y ahora no pueden disfrutar de las fiestas, por lo que es justo y merecido el homenaje de la ciudad de Tomelloso, representada por su Ayuntamiento y las Madrinas a ellos en esta fecha tan señalada. Al mismo tiempo, explicaba, es bueno que las madrinas, chicas jóvenes, conozcan de primera mano la realidad “que viven nuestro mayores” y acercarlas a muchos valores como la solidaridad, el respeto, la educación y fomentar el cuidado de nuestros mayores.
El concejal de Festejos y Cultura, Raúl Zatón, manifestó que esta actividad se va a seguir celebrando en los próximos años, “porque la Feria hay que trasladarla a todo el mundo”, para que puedan disfrutarla, como es el caso.
Las madrinas nos contaron que es una de las actividades más emocionantes de las que han realizado en la Feria, “los ancianos son encantadores, supersimpáticos y tienen muchas historias que contar”. Otra de ellas destacaba el trato exquisito con el que han sido recibidas en la Residencia. Todas coincidían en la simpatía de los ancianos y ancianas de la residencia y destacaban “la marcha” de la que hacían gala y las ganas de divertirse.
La alcaldesa y los concejales de los grupo Socialista, Popular y Ciudadanos y las Madrinas 2015, saludaron a los alojados y se echaron unos bailes con los ancianos y las ancianas de la Residencia. Sor Teresa contó el chiste de rigor.
