El Colegio de Educación Especial Ponce de León de Tomelloso presentó el Aula de Hábitos. Con este recurso se pretende preparar a los alumnos puedan interactuar con su entorno más cercano, el hogar. El aula está distribuida como un pequeño piso y los alumnos aprenden a realizan tareas domésticas para que puedan alcanzar el mayor grado de autonomía posible. Asistieron a la presentación la concejalas del área de Servicios Sociales Ana Isabel Valentín y Montse Moreno y las del Grupo Popular Cortes Valentín y Teresa Giménez.
El Colegio Ponce de León de Tomelloso atiende a alumnos con necesidades educativas especiales graves permanentes entre los 4 y los 3 y los 21 años de edad. Se organizan en varias etapas educativas como la Educación Infantil, la Básica Obligatoria y la Transición a la Vida Adulta.
Alcanzar la autonomía necesaria
La concejala de Servicios Sociales, Ana Valentín, destacó que la actividad que se presentaba es muy novedosa y que como está estructurada hay pocas localidades que la tengan. Desde el Ayuntamiento se tiene claro, explicó Valentín, que para la incorporación de los alumnos a la sociedad es imprescindible que tengan la autonomía necesaria. Es por eso, manifestó, que es primordial el servicio que se está dando y el que da el Aula de Hábitos.
La gran finalidad del Ponce de León, explico Rosario Calvo, la directora del centro, es la de preparar a los alumnos para que puedan interaccionar en el medio en el que se desenvuelven y sepan utilizar los recursos que la sociedad les ofrece, de tal forma que adquieran una calidad de vida satisfactoria. De ahí, señalaba Rosario, la gran importancia de un Aula de Hogar en el Centro de Educación Especial. En este espacio, a los alumnos, los distintos maestros que pasan, les enseñan habilidades y destrezas necesarias para que aprendan a usar los recursos que tiene un hogar. El aula de Hábitos, que es una vivienda, ha costado mucho trabajo, explicaba la directora, pero hoy en día es una realidad gracias al Ayuntamiento, tanto a la Corporación actual como a la anterior, y, sobre todo gracias a la AMPA, a la que agradeció su esfuerzo.
Repetición de actividades
Yolanda Martínez, la tutora de un grupo de Educación Básica Obligatoria (EBO), de edades comprendidas entre 12 y 16 años, explico que han hecho un agrupamiento flexible de varias aulas cogiendo a ciertos alumnos que les va a venir muy bien el Aula de Hábitos. El objetivo principal en el Segundo Ciclo de EBO es que los alumnos se inicien en las actividades de la vida cotidiana, señaló Yolanda, para que cuando sean mayores alcancen el mayor grado de autonomía posible. En el aula de Hábitos se hace lo que en una casa, explicaba la tutora, barrer el suelo, fregar, doblar calcetines, hacer la cama, limpiar el polvo… La metodología está basada en la repetición de las actividades, explicaba y en éste ciclo no se usan electrodomésticos, aclaró. Destacó la motivación de los niños, que están deseando “venir al pisito”.
Desenvolverse en la vida adulta
Esther Mancho, la tutora de TVA, explicó que son chicos de entre 16 y 21, con los que se fomenta la participación en contextos en los que nos desenvolvemos en la vida adulta. Eso se lleva a cabo por medio de actividades de la vida diaria. Durante este trimestre, relataba Esther, han trabajado recetas de cocina, previamente se han apuntado los ingredientes, se ha hecho la lista de la compra y se ha ido a comprar; también se hizo intercambio de moneda. Finalmente, señaló Esther, se hicieron magdalenas, bizcochos y recetas sencillas. Tiene además dos talleres, el “Momento café” y el “Ponce Bar”, los chicos elaboran café y catas para el personal del centro.
Beneficia a alumnos y padres
Mayte Macías, presidenta del AMPA explicó que para los padres ha sido un verdadero orgullo poder participar en este proyecto. Más que un Aula de Hábitos es un aula donde “ofrecen a nuestros hijos un referente para poder llevar las rutinas en casa”. Poder colaborar con el centro en la creación de este espacio del que se van a beneficiar “nuestros hijos y nosotros” ha sido muy satisfactoria para todos los padres. Macías explicó que han sido muchas las familias que se han volcado en el proyecto. Así, un padre cedió e instaló la placa de la cocina, otro ha puesto las estanterías, unos abuelos han pintado el piso. La unión que este proyecto ha creado entre las familias, acabó Mayte, ha sido también muy beneficioso.
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