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jueves, 14 noviembre
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Profesionalidad, arte y pasión por la fotografía se dan la mano en Recuerdos de papel, de Tomelloso

recuerdos de papel

Recuerdos de Papel  es una empresa recién creada por Inma y Maika Chacón. Son tía y sobrina y pertenecen a una estirpe de fotógrafos, que con ellas alcanza la cuarta generación. Maika es diseñadora gráfica e Inma es fotógrafa.

Las dos han estudiado en la Escuela de Arte Antonio López de Tomelloso. Inma, además ha hecho un montón de cursos seminarios y workshops, con los mejores profesionales de la fotografía, invirtiendo en ello una importante cantidad de dinero.  Confiesan su amor por la fotografía, independiente  de su origen.

Con Recuerdos de Papel pretendieron crear una empresa moderna, distinta y enfocada al cliente. Reitera Inma Chacón que aparte de querer vivir de este negocio, la fotografía le apasiona, es como quien tiene un hobby, señala, pero en este caso tiene la suerte de que su trabajo sea su hobby.

Le dan una vuelta de tuerca a la fotografía profesional, yendo un paso más hacia adelante y en lugar de limitarse a hacer la típica foto de estudio o de celebración, quieren llevarla a los terrenos del arte y, por supuesto, comer de ella. Inma nos señala que le gusta mucho la moda y la foto de moda. En su trabajo intentan fusionar todo eso, no solo le hacen una foto a una novia, por ejemplo, intentan sacar de ella una modelo, que se vea lo más bella posible y que se distinga el trabajo de Recuerdos de papel, pero sin que se vea un estilo.

En la fotografía de boda actual se lleva mucho el “Natural wedding”, donde apenas hay iluminación, fotos muy trepidadas, grandes aperturas y el foco muy crítico: eso está en los reportajes de Recuerdos de papel, pero también la fotografía que quiere la abuela para ponerla en el salón. Señalan que el reportaje no solo es para los novios.

Deciden dejar el negocio familiar y dar el salto, fundamentalmente porque hay mucha competencia, aseguran que muy complicada, además de la diferencia de estilos y concepto de empresa que ellas tenían. Aseguran formar un buen tándem, ya que la fotografía no es como antes, disparar y llevar al laboratorio. Tiene una parte importante de post-producción, un 25 por ciento, pero el grueso es el trabajo del fotógrafo.

Las fotos de celebraciones, de bodas, han estado vistas como algo menor, comparado con los fotógrafos de renombre, pero nos cuentan que hay una nueva generación de profesionales dedicados a ese campo, a bodas sobre todo, que están creando verdaderas historias, que no tiene nada que ver con lo que se ha visto hasta ahora y que Inma ha hecho whorkshops con ellos.

Torre de Gazate Airén

Maika, aparte de atender el estudio hace el retoque fotográfico —mínimo, aseguran— y el montaje de los álbumes de boda. Aseguran que son profesionales de lo que hacen, poniendo pasión en su trabajo. Señalan que la fotografía crece día a día y ellas señalan que aprenden día a día. Se empapan de todo lo que hay “ahí fuera” a través de Internet. Por otra parte afirman que al cliente no le venden duros a cuatro pesetas, antes de contratar un reportaje le muestran lo que hacen y le explican lo que van a hacer.

Manuel Rodrigo ha mostrado su apoyo a la iniciativa de estas jóvenes emprendedoras, asegurando que cada vez más se le va a dar importancia a la fotografía. Les ha animado a luchar por su pasión, de la que hacen gala.

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