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viernes, 20 diciembre
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Entrevista colectiva a la cooperante internacional Belén García sobre su vida en África

presentacion

“Es más fácil que nosotros traigamos el ébola, que somos quienes tenemos más posibilidades de viajar”

“Quiero crear conciencia, son 55 países y son de los africanos”

“Depender de técnicos externos para resolver un asunto en un momento puntual, no arregla nada”

“Tendrían que cuidar más la educación, que es la base de todo”

Belén García, enfermera y cooperante durante quince años en ayuda humanitaria en varios puntos de África, presentó su libro Dibujando África en Cicato, el pasado fin de semana.

Componen el libro una variedad de escenas y detalles de distintos puntos del continente vecino, dibujados por Belén al final de las intensas jornadas de trabajo y sobre cualquier trozo de papel que dificilmente llegaba a sus manos. Muchos de sus dibujos, cientos, se quedaron en manos de los habitantes de los lugares remotos donde habitualmente ha trabajado… donde habitualmente la han querido y enseñado a amar sus culturas. “El día que me pusieron mi nombre africano, me emocioné muchísimo. Fue una señora ciega la que dijo que yo sería la hermana  Njolela, que en su lengua bantú umbundu significa la que trae alegría”.

 Finalizada su etapa en la cooperación internacional, y empujada por su entorno, Belén ha publicado este libro de bellas imágenes y textos, una profunda mirada de amor que también denuncia sobre el modo en que miramos y castigamos a lo que llamamos África.

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Su generosidad y firme honestidad le han llevado al compromiso de compartir las dificultades que enfrentan las gentes de esas latitudes. Para ello, en Cicato utilizó fotos y relató detalles de los modos de vida que ha conocido, así como las dificultades que todo cooperante tiene desde el primer momento en que se entrega a la ayuda humanitaria, a los peligros que entraña la asistencia en zonas de conflicto devastadas por la guerra, y donde pensar en la supervivencia diaria es todo el plan que se pueden permitir sus habitantes.

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Miguel, uno de los niños que acudió al encuentro, aceptó encantado bailar con los músicos

Completando el emocionante testimonio de la cooperante, miembros de la asociación de asistencia a inmigrantes Otra Argamasilla es posible, de origen senegalés y mauritano, nos deleitaron con el ritmo de sus djembes, el ritmo vertebral de las ceremonias de infinidad de pueblos de África.  “Recuerdo como durante las noches de los fines de semana, se oían sin cesar…”, recordaba Belén.

Como broche, los asistentes realizaron una entrevista a la autora, y la cual compartimos con los lectores a continuación. Gracias a Manuel Sánchez Patón por traernos a Belén, así como a los vecinos de Argamasilla; gracias por la acogida junto con Carlos de Cicato, y por su incansable actividad para traer a flote una y otra vez la importancia de la convivencia, el conocimiento y la paz.

ENTREVISTA

Nuria: Uno de tus dibujos muestra un cesto con palos de adivinación ¿para qué se utilizan?

Belén: Lo que he visto, o me han dejado ver.., pues no es fácil acceder a los adivinos, es que estos palos son raíces que cruzan los caminos. Caminos por donde transita todo tipo de gente: gente buena, gente mala, mi familia, mis amigos… Así, según la persona que preguntaba al adivino sobre qué enfermedad tenía, o por qué le estaba pasando determinada cosa, éste utilizaba palos de distintos caminos.

Luego hay otro tipo de magia, que es más bien para hacer el mal. Fetiches, muñecos hechos de trapo y con clavos; otros con espejos en el centro, donde el adivino podía ver quién te hacía daño…

También había otros elementos, como conchas o recipientes con plantas que se utilizaban como pócimas o remedios para enfermedades. Tras documentarme, pude saber que muchas veces aquello era lo mismo que  nuestra botica de antaño, y que ayudaba a combatir enfermedades.

Me fue posible acceder a esta parte de la cultura porque llevaba años  en Angola. Tienes que ganarte la confianza y esperar. Si no te invitan a esas ceremonias, nunca las verás. Tuve compañeros que nunca pudieron ir pese a que lo intentaron.

Olivia: Has comentado que estuviste en una cárcel de mujeres. ¿Por qué motivos estaban allí?

Belén: Me dijeron que no preguntara, y no supe por qué estaban allí. Las acompañaba en talleres de manualidades y costura. En el módulo de hombres, me tocó estar en el botiquín de la enfermería. Al llegar, yo pensaba que las personas que estaban allí eran el equipo sanitaria, pero cuando me dijeron que eran presos comunes, tuve miedo… No estaba acostumbrada. Sin embargo, el roce hace el cariño, podían haber hecho lo que hubieran hecho, pero estaban en mi equipo ¡eran mis ayudantes!

En otras ONGs tenías que denunciar, pero allí, por prudencia y propia seguridad, no tenía que hacer esa abogacía, habría otros foros o sitios donde lo hicieran. Ellos no te contaban la razón de estar en la cárcel, aunque sí te contaban que aquél había matado a no sé quién y el otro a no sé cuantos.

Harem: ¿Qué quieres transmitirnos de África?

Es sobre el discurso que hay en España, en Europa, y sobre todo ahora por el tema del ébola. He conocido gente más o menos reticente, pero hay personas que no quieren ni ver al inmigrante. Entonces, con mi blog o el libro quiero decir que yo estoy por África, que bajo la piel, todos somos iguales…

Llegué a quitarme de los foros de enfermería porque no soportaba leer a mis compañeros. Yo tengo que atender a todo el mundo, no puedo dejar de atender a una persona porque venga de África. Extremos como lo de la valla de Melilla, diciendo que por ahí iba a entrar el ébola… Es más fácil que nosotros traigamos el ébola, que somos quienes tenemos más posibilidades de viajar. Desde la zona del ébola hasta Melilla, una persona con ébola no llega.

Quiero crear conciencia, son 55 países y son de los africanos.

Manuel: ¿Has podido apreciar en los países donde has vivido más tiempo, que el ecoturismo, la gestión de reservas naturales, se ha traducido en una conservación de la fauna y flora? ¿Redunda en un beneficio de la base socioeconómica de las poblaciones locales?

Belén: Curiosamente, en estos años no he visitado ninguno de estos parques porque no tenía tiempo. En Guinea, por ejemplo, está muy controlado, pero no sé quién lo gestiona. Debido a las guerras, sobre todo por lo que he visto en Angola, han esquilmado la naturaleza y la riqueza de la fauna, quedando la zona salvaje en reductos donde no te dejan entrar… Poco más te puedo decir, porque no controlo mucho.

Manuel: La crisis del ébola, en los muros de la vergüenza de Ceuta y Melilla… África está muy cerca y no podemos vivir a espaldas de este continente.

Belén: Yo no daría la espalda. Ahora es cuando tenemos miedo verdadero, cuando tenemos los casos en Europa. El ébola o el marburgo son virus que llevan décadas en la naturaleza. Hace diez años, en Angola, me tocó un brote del virus marburgo, que es igual que el ébola, sólo cambia un poquito la membrana, algunas enzimas… pero igual de devastador. Mi madre se enteró por la prensa, y dijo “ya sé donde está mi hija, metida en lo peor”. Y sí, allí lo tuvimos y no trascendió, se quedó sólo en prensa. Nos da miedo cuando lo tenemos en casa, cuando sentimos la amenaza.

He llegado a oir decir a compañeras de Madrid, en relación a la empresa Canal de Isabel II que gestiona el agua de allí, que si ya estaban viendo qué iba a pasar con ese agua porque los residuos de esas personas iban a ir por los desagües y que nos íbamos a infectar todos. Para que veáis hasta qué punto llega la mente, el desprecio…

Lola: Tengo curiosidad por saber si, sobre todo en las pequeñas comunidades, el efecto del proceso migratorio a nivel económico y cultural tiene un efecto significativo en las relaciones entre las personas y si modifica la economía local…

Belén: Hablándote como española, no desde las voces de las gentes naturales de allí, yo creo que en las pequeñas comunidades apenas se nota, la emigración se intenta más desde las ciudades…  La gente intenta sobrevivir, en muchos sitios hay verdadera pobreza, no hay futuro. Además, he comprobado que en las grandes ciudades hay fuga de cerebros. Los pocos que consiguen una carrera se van.

Si a los propios que han sido educados en esos países, no les han dado oportunidades, entonces siempre van a depender de la cooperación, de técnicos externos que vienen a resolver un asunto en un momento puntual, cosa que no arregla nada. Confío en que sigan cambiando las cosas, porque en algunos sitios ya lo he visto. Tendrían que cuidar más la educación, que es la base de todo. Si consiguen educar y tener un soporte industrial más o menos estable, podrían mejorar la situación.

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Gora, uno de los músicos, cerró la entrevista deseando que el mensaje de Belén cale en la sociedad

Gora: Quiero dar las gracias a Belén por su libro y espero que salga bien lo que sientes en tu corazón. Dar las gracias también a todos los compañeros que están aquí, Ana, Consuelo… que nos acompañan todos los días… ¡Ójala que todo salga bien!

Los interesados en el trabajo de Belén o en la adquisición de un ejemplar del libro, podéis contar con los siguientes recursos:

[email protected]

www.dibujandoafrica.com

Blog: dibujandoafrica.wordpress.com

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Uno de los numerosos asistentes, en el momento de la adquisición de un ejemplar

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