Fuente: encastillalamancha.es
En la operación se ha desarticulado la mayor red de falsificación y distribución de billetes falsos de España y una de las más importantes de Europa. El centro de operaciones de la red se ubicaba en un chalé de Bargas (Toledo), donde el cerebro de la trama, de 60 años, autodidacta y experto en artes gráficas, realizaba las falsificaciones con la ayuda de su mujer. Además de billetes de 50 euros de una gran calidad, era capaz de imitar billetes de 100 dólares y documentos de identidad de varios países europeos.
Fue a mediados de 2013 cuando la Policía detectó la aparición de una falsificación del billete de 50 euros de muy buena calidad, tal y como han confirmado altos cargos policiales en una rueda de prensa en Madrid y como han reflejado en un comunicado. Falsificación que fue catalogada como la más importante de las hechas en España y entre las 10 mejores de Europa, y definida en el Banco de España como peligrosa. Por lo que agentes de la Brigada de Investigación del Banco de España, de la Udyco Costa del Sol y de la UDEV de Jaén iniciaron una investigación sobre esta red, una de cuyas ramas podría estar asentada en Málaga.
Muy pronto los agentes lograron identificar al principal responsable de esta trama, ya que mantenía contactos con individuos con antecedentes policiales, todos ellos relacionados con la distribución de billetes falsos. Realizaban frecuentes viajes a Mijas (Málaga), donde se hacían con la mercancía falsificada para luego distribuirla por el todo el país, especialmente en Jaén y otras provincias andaluzas, además del País Vasco y de Madrid. También lograron averiguar que el falsificador compraba abundante material informático, como impreroras, software y equipos de gran precisión.
SE TRASLADÓ DESDE MIJAS (MÁLAGA) HASTA BARGAS (TOLEDO)
Hace unos meses, el presunto falsificador decidió trasladar su domicilio desde Mijas (Málaga) hasta Bargas (Toledo) y, efectivamente, fue en un chalé de esta localidad toledana donde los agentes encontraron el centro de operaciones de la red. Allí había un laboratorio para la impresión de billetes falsos compuesto por más de 15 impresoras, plastificadoras, planchas metálicas, negativos, tintas, prensas y máquinas de termo-impresión.
Además de un horno artesanal que el detenido fabricó. En el interior del chalé también había cerca de 15.000 euros y 90.000 dólares, todos falsos; y 16.000 euros de curso legal.