José Márquez Arcas Presidente de La Hermandad “Virgen de las Viñas”
En los albores de nuestra septuagésima Romería, estamos mirando al Cielo, primero esperando encontrar luz, esa luz celestial que de un tiempo a esta parte tanto nos hace falta, y segundo intentando hacer o adivinar predicciones meteorológicas, para nuestro fin de semana grande en Tomelloso, el último fin de semana de abril.
¿Cuanto ha cambiado la Romería en 70 años? La verdad es que los contemporáneos no lo podemos valorar por experiencias propias, sí por lo que nos transmiten nuestros, siempre llenos de sabiduría, “mayores”.
El cambio tiene más que ver con las formas que con lo esencial, que sigue siendo visitar y postrarnos ante Nuestra Patrona, cuidadora de gentes, casas y campos de labor en toda la comarca.
Imagino, tiempos atrás, el día 7 de mayo de 1944, ese pueblo lleno de devoción dispuesto a celebrar su primera Romería. “Ya tenemos Patrona”, grito Don Agustín Moreno Lujan, dos años antes, cuando la Santísima Virgen de las Viñas, fue proclamada Patrona de la ciudad.
La gente dirigió sus pasos a unas tierras de labor, en uno de los altozanos más bellos de toda Castilla-La Mancha, sitio denominado “Pinilla”, lugar que en el año 1945, “sufrió” la ventura de cambio de status (de tierras de labor, se convirtió en Lugar de Culto y Oración) y fue hasta bien avanzado el año 1949 cuando se terminó su construcción, gracias al tesón que siempre ha caracterizado a los tomelloseros y tomelloseras.
Está claro que en aquella época los vehículos a motor no tenían sitio en nuestro país y menos en lugares rurales, la gente iba a la Romería en sus carros, que lucían sus mejores galas, confeccionadas apropósito con motivo de este evento y no podemos olvidarnos de este buen animal tan peculiar y bien querido en nuestra ciudad (y que volviendo a citar el tesón de sus gentes) aún sigue con nosotros a modo tradicional, esas magnificas Reatas de Mulas que hacen la Romería en Tomelloso “única en el mundo”.
Tuvimos años de más bonanza económica y también de menos, pero nunca faltamos a la cita con Nuestra Madre, a presentarnos a Ella y darle novedades, la sonrisa de un nuevo niño o niña en la familia o el recuerdo del abuelo que por las leyes de la naturaleza nos dejó. Esta es la esencia a que me refiero, que cada vez se hace más multitudinaria, nos hemos adaptado a los nuevos tiempos, hace ya aproximadamente 10 años que tenemos el placer de ir a la Romería por autovía y eso quiere decir que nuestra ciudad sigue en su expansión. Puedo contar que tenemos datos de momentos en Pinilla con más de 40.000 personas, que es el pueblo entero y de eso nos sentimos orgullosos de ser castellanonanchegos, tomelloseros y de tener por Patrona a la Santísima Virgen María de las Viñas.
“Viva la Virgen de las Viñas”
