Jesús Serrano es nuestro deportista más laureado. Tirador olímpico, campeón de España, de Europa, del Mundo y Diploma Olímpico (con sabor a medalla como nos cuenta) en los últimos Juegos Olímpicos, los de Londres. Su llegada a nuestra ciudad fue la primera noticia que enTomelloso.com publicamos, por lo que nos parece buena idea entrevistarle.
Quedamos con él en los terrenos de la Ciudad Deportiva. Vamos la redacción al completo. No todos los días tenemos la ocasión de charlar con un deportista de ese nivel. Jesús mira de frente y sin temor. Sonríe siempre. Su sonrisa es acogedora y confortable. Da confianza. Nos acoplamos en la terraza de la cafetería, las moscas no nos dan tregua; los empleados municipales trabajan con ahínco, se conoce que quieren tenerlo todo listo para la feria, que ya se siente en el ambiente. El patrón pone un rap histriónico y con volumen altísimo; hay que ir a decirle que —por favor— le baje un par de pleitas. Hablamos, sin parar… a la hora de transcribir nos ha salido una entrevista larga, —¿a ver que quitas?— pero creemos que interesante.
En Jesús Serrano destaca la humildad, la virtud de los grandes hombres. Cuenta sus hazañas deportivas como si tal cosa, como si cualquiera tuviésemos un diploma olímpico en nuestra casa.
Empezamos por el principio: «La afición a este deporte me vino por mi familia, mi padre y mi abuelo eran cazadores y yo les acompañaba. En una finca de las que íbamos, que se podía tirar al plato, probé, me gustó… y hasta ahora».
Y de ahí a deportista de élite, «De ahí empecé a tirar en el campo de tiro que había en la carretera de alcázar. A los dos años ya obtenía unos resultados buenos y competí en el Campeonato de Castilla-La Mancha, que gané. Me seleccionaron para el Campeonato de España, tiré y gané —lo dice como si nada—. Después al Campeonato de Europa y a la Copa del Mundo Junior, esta última la gané. Ingresé en el Centro de Alto Rendimiento en Barcelona, estuve un año y me “enganché” al Equipo Nacional de foso olímpico. Y ahí sigo. Empecé en foso universal y con 17 años cambie a foso olímpico.»
El tiro olímpico parece, desde fuera, una suerte de ajedrez poco dado a batallas encarnizadas. Una disciplina, en definitiva, poco competitiva para quienes no tenemos ni idea de ella y solo la hemos visto por la televisión. «El tiro olímpico, aunque parezca mentira, es el deporte más difícil y en el que más competitividad existe de todos los deportes. Te exige estar al 100 % y para ello cuentan muchos factores, el campo, el día… el tiempo atmosférico es determinante, puedes tirar por la mañana con sol y treinta grados y por la tarde sufrir una tormenta. También influyen la preparación psicológica, la munición, la fabricación del plato, el jet lag… hay muchos factores y mucha rivalidad».
Jesús nos explica que el factor psicológico es el principal, que es necesario estar preaparadísimo en ese aspecto para la competición, «es muy difícil mantener el nivel óptimo de concentración, tienes que meterte en la competición, estar relajado, pero a la vez pendiente de la prueba. Y mantenerla mientras dure. Actualmente las competiciones vienen durando tres días. Hay treinta minutos de concentración cada vuelta de 25 platos, son cinco rondas y una final de treinta platos, quince y quince. Son tres días de competición en los que no abandonas el campo mientras dura la jornada, tires o no. Tienes que concentrarte, como decimos, alimentarte e hidratarte convenientemente».
¿También es necesaria preparación física? «En todos los deportes es necesaria». Y, aunque estemos en vacaciones, ¿cómo se prepara Jesús? «De cuarenta y cinco minutos a una hora de fondo aeróbico es lo mejor. La musculación no es conveniente porque perjudica al tiro, es necesaria tener la suficiente para soportar el peso de la escopeta y el desgaste de la competición».
Nos atenaza una curiosidad, los tiradores no guiñan el ojo y la razón es simple y convincente, «porque dos ojos ven más que uno. Y aparece otro de los factores de entrenamiento del tiro, además de la preparación física y psicológica, la reacción, en la que influyen factores optométricos centrados en la salida del plato».
Para Jesús uno de los problemas del tiro y que influye negativamente a la hora de la financiación del deporte es la gran cantidad de modalidades que hay en el Tiro Olímpico «carabina, carabina tendido, carabina de pie, pistola, pistola velocidad, pistola estándar, precisión, aire comprimido. Hay calibre 22, 9 parabellum… dentro del tiro al plato con escopeta está, el skeet, el doble trap y el foso olímpico, además del foso universal (que no es olímpico), recorrido de caza, el trap americano…».
Jesús ha llegado desde ese campo de tiro al plato en una finca, que nos contaba, a la élite del deporte mundial. Eso es cosas de pocos. «Lo primero te tiene que gustar mucho, después mucho esfuerzo, mucho trabajo y mucha dedicación. Son necesarias muchas horas para conocer este deporte y para evolucionar. Si como deportista algo me sale mal, no busco excusas, intento poner los remedios, valorando mucho los errores cometidos, para intentar no repetirlos en otra competición. Estoy convencido de que puesto estar en los próximos Juegos Olímpicos, entonces, tengo que cambiar todo mi sistema competitivo ya que con el que tenía hasta Londres, solo quedé quinto. En las competiciones que estoy disputando lo cambio todo, cartuchos, escopetas… a pesar de que esto me de algunos resultados negativos, estoy trabajando de cara al futuro. Es necesario un año o año u medio de “disgustos” para ver los resultados. Hay una mejora buena».
Pero tiene en contra el entrenamiento, «mientras este año tengo un entrenamiento muy reducido, porque no hay campos de tiro, mientras mis compañeros llevan 70.000 o 100.000 tiros, yo llevó 4.000 o 5.000. Mi esfuerzo es superior al de cualquier otro deportista y eso “quema” antes».
Jesús entrena fuera de Castilla-La Mancha, en Granada, no hay instalaciones válidas en la región, «no tengo las facilidades de entrenar aquí. A un deportista que ha competido en dos juegos, y puede participar en los terceros, se le debería facilitar la posibilidad de entrenar aquí. Existe el proyecto de un campo de tiro, he cooperado en su diseño, una instalación magnifica, al menos en el papel, pero estamos pendientes de que se construya. De hecho los terrenos para su construcción ya están cedidos».
Uno llega a la cima gracias a la ayuda de mucha gente, en el caso de Jesús Serrano, su familia ha sido fundamental. «La ayuda de mi familia ha sido muy importante para conseguir todo lo que he logrado. Nadie sabe lo que nos puede deparar el futuro, hasta que llega, pero mis padres apostaron por mí, con mucho esfuerzo y sin saber cuáles serían los resultados. Son los artífices de mis éxitos. Vengo de una familia humilde, mi padre es panadero, que han tenido que realizar un esfuerzo inmenso para que yo esté dónde estoy».
Entre tantos logros, debe haber alguno de los que se sienta más orgulloso, «sí, de dos. La primera competición que gane, fue con catorce años en el campo de tiro de Tomelloso. El segundo, el diploma olímpico. Me supo a medalla porque la tuve en la mano, la saboree todo el último día. Me veía medallista, pero se escapó al final… es un recuerdo que no se olvidará nunca».
El quinto puesto de Jesús en los Juegos de Londres es el más alto logrado por un deportista sénior de su disciplina en la historia.
Jesús está casado y tiene una hija de seis años… «Se lleva mal, cada vez que salgo —ahora no tanto— mi hija se ponía a llorar. Pero cuando te ve por televisión disputar unos juegos olímpicos… es el mejor pago que le puedes hacer».
En las Olimpiadas se está al lado de los mejores deportistas, de los ídolos de todo el mundo. «Los diez o quince días que estás en los Juegos Olímpicos, es la mejor experiencia para un deportista. Además de representar a España, consigues a llegar al escalón más alto que puede llegar un deportista. Durante dos semanas convives en la Villa Olímpico con los mejores deportistas del mundo, con la élite».
Y el desfile inaugural… «Es algo que nadie puede imaginar. Cuando sales al estadio solo ves flashes, gritos de la gente… es emocionante. Los Juegos Olímpicos es el mejor pago que hay para un deportista: un sueño hecho realidad. Los primeros los vives en una nube, los segundos ya vas a competir, tantas emociones en tampoco tiempo, si no estás preparado, te pasan factura en la competición».
¿Y Tomelloso? «Yo me siento tomellosero allá dónde voy y me siento orgulloso de mis triunfos, sobre todo para poder ofrecérselos a mis vecinos… en el desfile inaugural de los Juegos de Londres llevaba una bandera de Tomelloso para desfilar con ella, pero me la quitaron. Mi ciudad ha sido uno de los pilares fundamentales de mi éxito, los tomelloseros me han apoyado mucho, a través de las redes sociales. Si Tomelloso se vuelca conmigo, yo me tengo que volcar con Tomelloso. Hay mucha gente que se corta a la hora de, por ejemplo, pedirme que me haga una foto… que me pidan las que quieran, soy alguien tan normal como ellos».
Y es tan tomellosero, que es socio de la Peña Los Canuthi, «en carnaval me hicieron un homenaje con las olimpiadas. Para mí fue un día emocionante, el llevar la bandera de Los Canuthi. Les agradezco mucho que pensaran en mí. No puedo asistir a todas sus actividades por mi calendario de entrenamientos, pero soy un socio más. Además participé en el último Guateque».
Y un consejo para quien quiera seguir sus pasos, «en el deporte se aprende todos los días y hay que trabajar todos los días. Es la única forma de entender el deporte. Tienes que hacer deporte limpio y sin doparte. Hay que machacar diariamente para ser mejor que el otro, cambiando si es necesario y arriesgando: si no arriesgas no ganas. El trabajo diario y el esfuerzo tienen recompensa».