La diputada regional del PSOE, Blanca Fernández, ha emplazado a los responsables de los gobiernos de España y de Castilla-La Mancha en materia de agricultura y ganadería a que “den señales de vida” ante el final de semana decisivo que se presenta para los intereses de este sector.
Fernández ha explicado que el jueves y el viernes tendrá lugar una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea donde, previsiblemente, se aprobarán las perspectivas financieras de los 27 para el periodo 2014-2020.
La parlamentaria socialista ha hecho hincapié en la transcendencia de esta cita, al tratarse de un sector fundamental para Castilla-La Mancha. En este sentido, ha dicho que “este Gobierno no puede hacer dejación de sus obligaciones porque corremos el riesgo de perder entre un 20% y un 30% de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC), que son estratégicas para nuestra tierra”.
Para explicar la incidencia de las partidas presupuestarias que están en juego, Fernández ha manifestado que “de producirse una merma de ese calibre, sería condenar a una muerte segura a nuestros agricultores y ganaderos”.
De hecho, Fernández ha valorado que gracias a los fondos provenientes de la PAC los agricultores y ganaderos españoles, y de modo más concreto los castellano-manchegos, han podido mejorar su renta, ayudas que también han mejorado de forma notable la balanza del sector agroalimentario.
Fernández ha exigido más implicación y peso en las negociaciones tanto al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, así como al ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, y a la consejera del ramo en la región, María Luisa Soriano.
La dirigente del PSOE ha recordado que a lo largo del tiempo que lleva en el Gobierno, el Partido Popular no ha presentado ningún documento alternativo que evite esa reducción de entre un 20 y un 30% de ayudas al país, algo que sí ha hecho el PSOE al contemplar un incremento del 5%.
Ha destacado Fernández que, “España se juega del orden de recibir unos 1.200 a 1.500 millones de euros menos al año para la PAC, y de ellos, aproximadamente un 10% son de Castilla-La Mancha».
Fernández asegura que si no hay una defensa férrea “la reforma puede salir mal o muy mal para el sector agrario español, y concretamente para el de Castilla-La Mancha”, de ahí en que la dirigente socialista haya pedido “que no se pierda ni un euro en la negociación”, y eso se logra si se adopta una posición de fuerza y firmeza.