El pasado sábado celebrábamos la Asamblea Anual Ordinaria de la Asociación de Familiares de Alzheimer de Tomelloso.
En la pluralidad reside la riqueza de quien ostenta cualquier soberanía. Así, nuestra Asamblea se veía representada por familiares, amigos, trabajadoras del Centro de Día, voluntarias, cuidadores, incluso una de nuestras usuarias del Centro Día no ha querido perderse la oportunidad de compartir un rato con todos.
Los acuerdos más importantes adoptados fueron la aprobación del ejercicio económico anterior, una modificación en sus estatutos y la incorporación de dos nuevos miembros a su Junta Directiva, Pedro García Ferrer y Julio Pérez Cuartero. Con estas dos últimas e importantes incorporaciones se daba por concluido el proceso de renovación de la Junta que se inicio hace diez meses.
Agradezco a todos los presentes su apoyo incondicional a la nueva Junta Directiva, apoyo sin el que no podría llevarse a cabo la tarea de seguir acompañando al enfermo de Alzheimer y su familia en esta etapa concreta de su vida, en este momento puntual de su biografía. Agradezco también el buen hacer de mis compañeros de equipo al frente de la Asociación, así como a las trabajadoras del Centro de Día y a su Directora, sin las que sería imposible llevar a cabo nuestros proyectos.
De cara a la próxima celebración en el mes de Septiembre del Día del Alzheimer adelantamos algunas de las actividades que se están programando, animando a los presentes a participar activamente de ellas.
Finalizada la Asamblea, los asistentes visitaron y disfrutaron con la exposición de los trabajos de pintura y otras manualidades realizados durante este curso. Aprovecho para destacar la labor maravillosa de María José Madrigal y Conchi Lomas, pintoras Tomelloseras y voluntarias que cada miércoles regalan un ratito de su tiempo al acompañamiento desde el dibujo.
Me gustaría terminar compartiendo una pequeña reflexión de José Carlos Bermejo, religioso Camilo, doctor en teología pastoral sanitaria, que bien puede resumir el espíritu de esta tarde en nuestra Asamblea: cordialidad, calor humano, cercanía, familiaridad… cualidades para no dejar a nadie a la deriva:
La cordialidad, el calor humano, la cercanía, la familiaridad….: esas cualidades, deseadas por todos cuando nos sentimos particularmente vulnerables y necesitados de ayuda, generan salud cuando están presentes. Su ausencia, en cambio, hacen que disminuyan la felicidad y la eficacia de nuestros quehaceres ¿Y alguien duda de que estas son las mejores disposiciones para cuidar a la persona con Alzheimer?