Marcelo Grande expone en la sala CICATO de nuestra localidad hasta el día 13 de enero de 2013. En la muestra se exhiben cuadros con distintas técnicas y tamaños; el autor está muy satisfecho de la selección que presenta a sus paisanos.
El viernes por la noche, con la sala abarrotada, se inauguró la exposición. Tras unas palabras de bienvenida del artista, tuvo lugar la actuación musical de Antonio Grande a la guitarra eléctrica y Marta Somoza cantando. La velada musical resultó un éxito, aunque algo escueta, a decir del público asistente.
Marcelo Grande Rodrigo, nació en Tomelloso, en la calle Victoria. Estudió en la Escuela de Artes de Ciudad Real. Licenciado en la Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi, Barcelona. Obtuvo una beca para estudios en “Lester Polakov College, New York”. Es pintor, escenógrafo teatral, principalmente para ópera y director artístico de cine.
Marcelo es uno de nuestros artistas más prolíficos y conocidos.
Ha realizado escenografías para innumerables óperas en el Teatro Real, Liceo y otros teatros del Estado Español, principalmente con Mario Gas: La Ronda, L’elisir d’ amore, La Ópera de tres peniques, Jenufa, Il matrimonio secreto, Il Trovatore.
Actualmente se representa en el Liceo de Barcelona su montaje de L’elisir d’amore deGaetano Donizetti.
Como director artístico en cine, La fiebre del oro, Asunto interno, Mal de amores, Laura, entre otras. Fue nominado para el Goya por el diseño de vestuario de Si te dicen que caí.
Sus cuadros se han expuesto en Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca, Nueva York, Zurich, Toledo, Las Rozas, Tomelloso, etcétera.
En medio de la vorágine de la inauguración, Marcelo Grande tiene la gentileza de atendernos. Con la sala llena, el artista agasaja al público y responde a nuestras preguntas.
Le preguntamos por sus inicios, si desde siempre quiso ser pintor. Empecé a dibujar desde pequeño. Yo creo que pintar, dibujar, lo utilicé como una palanca para marcharme de Tomelloso. Lo que quería era salir y me planteé hacer Bellas Artes. Pero antes estuve con Antonio López Torres, que fue quien me dio las primeras indicaciones para pintar. Después fui a la Escuela de Artes de Ciudad Real donde tuve a López Torres de profesor, lo que pasa es que tenía que trabajar para mantenerme y allí la cosa estaba más difícil.
Y se va a Barcelona. Estaba en Ciudad Real y mi padre me dijo que no había dinero para que estudiase Bellas Artes. En aquella época trabajaba en una algodonera, llenando sacos de algodón. Uno de mis compañeros de la Escuela me dijo que ya que tenía que trabajar para pagarme los estudios, que me fuese a Barcelona, buscase un trabajo y me pusiese a estudiar Bellas Artes.
Antonio López me dijo que necesitaba cinco años para preparar el ingreso en Bellas Artes y mi padre le parecía que cinco años de preparación y otros cinco de carrera, para terminar siendo pintor era mucho. Ingresé en Bellas Artes el primer año, dibujaba en un Círculo y un mallorquín me animó a presentarme al examen de ingreso. Me presente en septiembre, sin muchas esperanzas y como experiencia… y aprobé.
Cada vez llega más público, todos quieren saludar al artista y nosotros aguantamos el tipo, haciéndonos los suecos y continuando impertérritos con la entrevista. Hablamos del teatro, como llega a la escenografía. El último año de Bellas Artes, vino Mario Gas y me dijo que le hiciese la escenografía para un teatro, él estaba empezando también, y la hice. De ahí hice más… solo trabajaba con Mario Gas. Después me empezó a llamar más gente, para hacer cine, obras de teatro, ópera. Pero pasaba el tiempo y yo quería pintar, ahorré un poquito y pensé en dedicarme cinco o seis años a pintar… Empecé a pintar, a exponer… no nado en la abundancia, pero hasta ahora, que voy a pintar a tope.
Y a Nueva York Cuando estaba haciendo teatro me imaginaba montajes que eran casi imposibles de realizar, me faltaba la parte técnica. Pensé que necesitaba estudiar escenografía. Me tenía que ir a Praga o a Nueva York… y Praga no me gustaba. Pedí una beca al ministerio y me la dieron. Eran tres años pero solo hice dos, era cuando empezaba a hacer óperas. Hasta entonces sólo había hecho teatro y alguna ópera en el Griego, pero el Liceo eran palabras mayores. En Nueva York me era muy difícil sobrevivir, hacía hasta retratos por la calle… Cuando he aprendido a hacer teatro he dejado de hacerlo prácticamente.
Se hace escenógrafo como los grandes pintores, Dalí, Picasso, Nieva… Pero era más por salir, me dio la oportunidad de ir a Nueva York y me lo pasé bien. A veces pienso que me tenía que haber quedado allí más tiempo.
Y dedicarse a la pintura. Es que yo en todos los sitios en donde he estado he acabado vendiendo cuadros, por una cosa u otra, siempre me he mantenido un poco.
Pensamos que tal vez la escenografía la viera Marcelo Grande más como un trabajo, como una obligación y la pintura como una devoción. Me sentía más libre haciendo escenografía que pintando. Me ha gustado siempre pintar, pero nunca me he planteado ser pintor. Tenía como cierto reparo de convertirme en un pintor que expone, que está esperando vender un cuadro para pagar el alquiler… Y ahora, pues bueno, estoy reconciliado con mi papel en este momento: pinto, si vendo algo, fantástico y si acaso no vendo, voy a sobrevivir igual.
Le señalamos que en el poco tiempo que lo conocemos, no le hemos oído quejarse, como esos artistas a la violeta que están solos contra el mundo. Tengo de todo… Pero procuro no hacerlo, no me gustan los artistas que se quejan y cuando yo caigo en lo mismo digo, “fíjate, críticas a los que se quejan y acabas haciéndolo tú”. Procuro estar reconciliado conmigo mismo y con mi suerte. A mi pintar me cura de muchos problemas… lo noto cuando no pinto. Ahora he estado haciendo L’elisir d’amore en el Liceo, pues eso me ha llevado un mes y no he podido pintar, pero no solo ese mes, antes cuando estás pensando ya no pintas. Te cambia el humor, te conviertes en otra persona. Pero me adapto… antes me costaba más.
Marcelo Grande tiene una obra vastísima, nos interesa saber si la recuerda, si sabe a quién le ha vendido un cuadro y cuál ha sido. No del todo… cuando me señalan a alguien que tiene un cuadro mío, me suelo acordar… Ayer, aquí mismo, me presentaron a alguien que me había comprado dos cuadros y me acorde perfectamente de ellos y hace más de cuarenta años que los compró. Pero hay otras veces que me cuesta… Son muchos años y muchos cuadros, no te puedes acordar de todo.
Le preguntamos por su estilo, previniendo al artista de nuestro nulo entendimiento pictórico. El estilo es relativo, es lo que tú te vas formando a la hora de pintar. Vas encontrando cosas y las vas adaptando a ti. Hay quien encuentra su estilo en sus primeros años y a otros nos cuesta más trabajo. Pero con el tiempo he conseguido que la gente vea un cuadro mío y diga “parece Marcelo Grande”. Igual eso es el estilo, que te identifiquen con el cuadro.
Por ejemplo, rascar, texturas, etcétera, es algo que lo he ido encontrando con el tiempo y que sería a lo mejor el estilo. Luego el tema… No sé, creo que necesito otros cincuenta años pintando para encontrar mi verdadero estilo.
En la exposición, y en toda su obra, el cine prevalece. Yo de pequeño el contacto con otros mundos lo tenía a través del cine. El sábado y el domingo ir al Cine Principal y ver la película, no había otra cosa. Era la magia del cine que tanto decimos los de mi generación. Hubo un tiempo que hacía dibujos de cine, un niño de Tomelloso que pasaba por allí y dialogaba con las estrellas, pero esto como lo ha hecho mucha gente lo abandoné. Al cabo de un tiempo he vuelto la vista atrás y he comprendido que no lo he abandonado realmente, he ido volviendo a veces. Tengo obra relacionada con esto. Luego hice mis cromos de artistas, ya sé que hay mucha gente que lo hace, pero creo que estoy en disposición de hacer los míos propios. A veces me preocupaba que si pintaba a Ava Gardner se pudiese parecer, pero ahora me da igual. Voy a seguir con el tema, tal vez no serán cromos, serán escenas de cine, como lo que hacía en mi niñez, escenas de cine y yo metido por allí.
A pesar de ser un escenógrafo famoso y de ser un pintor cotizado, Marcelo Grande suele ser bastante modesto, incluso en su aliño indumentario, que diría el poeta. Le preguntamos que si se siente reconocido y valorado en Tomelloso. Me gustaría, no que me reconocieran… Me molesta mucho que si quiero una exposición en mi pueblo, tengo que ir yo a buscármela. Creo que estaría bien que una vez, al menos una vez, los encargados de la Cultura me dijeran “¿quieres hacer una exposición?”. Que no tuviera que ir yo a pedirla… es lo único.